El Ministerio de Adriana y otras notas preelectorales

La exvicesecretaria general del PSOE declinó estos días una oferta de cartera, pero prepara el regreso | La fortaleza de estar en todo el territorio | Podemos hace saltar alarmas

Vicente Montes

Vicente Montes

Ring, ring, suena el teléfono.

Pedro Sánchez trasladó hace días a Adriana Lastra la propuesta de que ocupase uno de los ministerios en la próxima remodelación del Ejecutivo tras la salida (forzada por las elecciones al ser candidatas) de la ministra de Industria (Reyes Maroto) y la de Sanidad (Carolina Darias). Pero Adriana Lastra rechazó la oferta porque sus planes no pasan por una vuelta a la política nacional con la intensidad que supondría asumir la responsabilidad de una cartera. La que fuera vicesecretaria general del PSOE ha pasado meses en un medido silencio (salvo algún mensaje en las redes sociales), afrontando el último tramo de su embarazo y disfrutando feliz de la experiencia de la maternidad, tras el nacimiento de su hijo Alejandro. Pero quienes conocen a Adriana Lastra saben que no tardará en alzar la voz y en regresar para el último tramo de la legislatura nacional. Lo hará como diputada y volverá a ser la cabeza de lista por Asturias en las próximas generales, una ratificación que hizo explícita el líder socialista asturiano, Adrián Barbón. El ofrecimiento de un ministerio, confirmado por fuentes socialistas asturianas, echa por tierra la idea de distanciamiento en las relaciones entre Pedro Sánchez y la riosellana. Sí quedaban algunos resquemores en Ferraz, en la parte orgánica del partido, cuyo control estuvo en manos de Adriana Lastra (en un tándem no exento de diferencias con el actual secretario de Organización, Santos Cerdán). En todo caso, la propuesta evidencia que se ha mantenido la buena relación entre Pedro Sánchez y la socialista asturiana. Y también que Adriana Lastra tiene previsto recuperar el protagonismo en la vida orgánica del partido, en especial en Asturias, ya que continúa siendo el principal referente nacional de la FSA.

La fuerza del territorio.

Conformar candidaturas municipales constituye una de las tareas más arduas de los partidos en periodo preelectoral. Hay que lograr el compromiso de personas para completar la lista y no siempre es sencillo. Solo los dos grandes partidos, el PSOE y el PP, lograrán tener presencia en la totalidad de las urnas municipales asturianas. Por su parte, los otros partidos evalúan sus feudos, centran en ellos sus objetivos y, en algún caso, tratan como pueden de sacar adelante un puñado de candidaturas. Así, Ciudadanos ya se encuentra con dificultades para formar lista en Avilés, tercer municipio asturiano; Podemos cuenta ya como éxito poder presentar candidatura en una veintena de municipios. Foro Asturias ya ha superado la treintena de listas municipales y confía en rozar la cuarentena que, en cualquier caso, supone llegar a la mitad de los concejos. Vox también percibe la dificultad de completar una candidatura más allá de tener un aspirante a la Alcaldía. Ese argumento de la presencia territorial será una baza argumental de los dos grandes partidos. Y en especial para el PP frente a Foro Asturias, en el debate sobre la identificación con Asturias. ¿Lo es más quien más lo dice o quien amalgama todo el territorio?

El efecto del culebrón de Podemos.

Los partidos comienzan a encargar encuestas o a recibirlas. Alguna acaba en los cajones. El "acelerón demoscópico" se producirá una vez pasada la Semana Santa, cuando solo cabe ajustar discurso y proteger los flancos débiles porque el grueso de la percepción del electorado ya será difícil de mover. En lo que sí coinciden algunos trabajos demoscópicos es en alimentar cierto optimismo al Partido Popular, mejorando los resultados de las realizadas hace algunos meses, y reflejando el posible efecto de una "ola" que va más allá de la suma numérica de sus diputados actuales y los de Ciudadanos. Lo que todas parecen evidenciar es que la pelea está en los bloques, y que cualquier inestabilidad puede acabar teniendo consecuencias imprevistas. Por eso la grave crisis interna de Podemos puede terminar causando un quebradero de cabeza a la suma de los socialistas. Porque, aunque es cierto que la marca aún tiene su poder, la división interna y las peleas suelen acabar pasando factura. Si Podemos se parte en dos candidaturas separadas puede acabar perdiéndolo todo. Los populares saben que habrán de apretar el acelerador para reunir el "voto del cambio", minimizando en especial las opciones de crecimiento de Vox. Los socialistas, por su parte, combaten el fantasma de la posible desmovilización, incluso entre los suyos. Por eso, la mirada de reojo al escenario nacional no se despista ni un minuto.

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