Sol y sombra

Menos palabras, más soluciones

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

Los grandes incendios forestales son cada vez mayores y según pasan los días los percibimos como un problema sin solución. Asturias ardía ayer en mucho puntos y con el fuego amenazando a la población. Siempre que esto sucede, el mensaje político es el mismo: pagarán por ello quienes provocan las llamas. Muy bien, ¿y qué mas? El presidente del Principado se esforzaba por incorporar el último lugar común de este doloroso asunto relacionando pirómanos y terroristas. Parole, parole…, es en estos casos, precisamente, cuando más se nota la inutilidad de cierta cháchara.

Si realmente existe consenso en la ciencia y en la técnica sobre cómo disminuir el riesgo y la probabilidad de sufrir grandes incendios forestales, los políticos parecen ajenos a ello cuando hay que remediar este tipo de catástrofes provocadas por los incendiarios, facilitadas por la falta de limpieza en los montes y las condiciones climáticas. Eso y el romanticismo mal entendido que nos lleva a pensar que la naturaleza no nos necesita y se protege sola. Urgen hechos y sobran palabras. La obligación de pillar al que comete el delito la conocemos y que tiene que pagar por él, endureciendo si es preciso el código penal, tampoco se le escapa a nadie el caso de tratarse de un incendio provocado. En cambio, ahí tenemos a Barbón "en llamas" insistiendo en las redes sociales que los únicos responsables de los incendios son quienes encienden la cerilla, "los terroristas del fuego". Pidiendo que nadie señale a la Administración, ajena a todo y que no tiene la culpa de nada de lo que sucede. Igual que el resto de la población, se limita a sufrir el terrorismo devastador.

La batalla de la prevención de los incendios, mientras tanto, sigue sin librarse. La de la educación ambiental, también. No digamos la planificación de una política forestal adecuada a las situaciones climatológicas que padecemos. La palabrería quedará como siempre, en nada. Y a ver cuánto tardan en subirse al helicóptero.

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