Un hospital devaluado, el Carmen y Severo Ochoa

Las carecencias de un centro que atiende a unos 24.000 habitantes

Santiago Pérez

Santiago Pérez

La sanidad pública española está mostrando sus debilidades. Esa sanidad que decíamos era la mejor del mundo hoy la denostamos y criticamos con furor. ¿Es para tanto? Seguramente no, pero tiene problemas muy serios sobre los que reflexionar y, sobre todo, a los que hay que buscar soluciones.

Hablando en general es muy fácil caer en demagogias baratas, por eso voy a concretar en el Hospital Carmen y Severo Ochoa, el hospital comarcal del suroccidente asturiano. Este hospital, perteneciente al área sanitaria II, da asistencia a los ciudadanos de los concejos de Allande, Cangas del Narcea, Degaña, Ibias y Tineo, unos veinticuatro mil habitantes. Se inauguró en 1986 cubriendo la atención sanitaria de más de cuarenta mil personas. Un dato más, es una de las comarcas españolas que más población ha perdido y donde está más envejecida. No voy a hablarles de empleo, comunicaciones, etc.

La pérdida de población ha influido de forma determinante en la atención sanitaria que recibimos y así, desde hace mucho tiempo, el Carmen y Severo Ochoa sufre carencias importantes. Hemos de reconocer que en escasas ocasiones hemos levantado la voz para reclamar una atención sanitaria adecuada, que además se nos había prometido.

Desde el ámbito político municipal no han hecho nada, les resulta un tema muy complejo y del cual lo ignoran todo.

 El último desastre, pues de tal se trata, fue la no renovación de su contrato de cuatro médicos del servicio de medicina interna. Los motivos fueron de carácter interno, de sobra conocidos por los responsables que no hicieron nada por solucionarlo. Al final hicieron un apaño y han tenido que forzar a internistas del HUCA a cubrir esas bajas. El problema fue muy serio y no trascendió a la calle. La mala gestión fue la causante del desastre.

 La plaza de cardiología ha estado durante mucho tiempo vacante y era atendida por los internistas. En estos momentos está ocupada por una cardióloga, pero tiene reducción de jornada por lo que sólo trabaja día y medio a la semana. No parece mucho, la verdad.

 No son estas las únicas deficiencias. El hospital Carmen y Severo Ochoa tiene un urólogo que trabaja de lunes a viernes, los fines de semana no hay especialista, como tampoco los hay en los servicios de oftalmología y otorrinolaringología. Tres servicios solo cubiertos cinco días a la semana. ¿Quién cubre las urgencias de estos servicios? ¿Se les deriva al HUCA?

 Estos problemas vienen arrastrándose desde hace años y desde luego los causantes son los gestores.

 Cualquier baja que se produce tarda muchísimo en cubrirse. El área sanitaria II es, sin duda, la peor tratada de toda Asturias. Profesionales, no sólo sanitarios, son reacios a trabajar en el suroccidente, debido a la distancia con respecto al centro de Asturias, que no es tanta, si no al mal estado de las comunicaciones y especialmente a la escasez de servicios de todo tipo en estos concejos. A estas cuestiones se unía, hasta hace poco tiempo, las pésimas condiciones de los contratos.

 La escasez de profesionales también afecta a los centros de salud. Así por ejemplo hemos visto a los vecinos de Navelgas protestar porque no se cubría una plaza médica y otra de enfermería. Los problemas para conseguir pediatra también es motivo de queja. Es cierto que faltan profesionales pero el suroccidente queda siempre para el final. Para muestra un botón, el área fue la última en tener disponible una uvi móvil. Está operativa desde febrero de 2022.

 Cuando a principios de año se hizo pública la plantilla orgánica del SESPA para Tineo se mantenían dos fisioterapeutas. Una barbaridad. La lista de espera para ser atendidos era en aquel momento de meses, llegando hasta el año. Había unos 180 pacientes provenientes de especializada esperando ser atendidos y unos 40 de primaria. Con dos fisios la lista de espera crece y crece y crece.

 Ahora nos hablan de una unidad de rehabilitación de pacientes con ictus para el hospital comarcal y que más adelante este mismo equipo atenderá en Tineo. En fin.

 La excusa - nunca mencionada, faltaría más– que provoca estas situaciones es muy clara : poca población. Esa justificación no escrita puede ser aceptada por quienes no viven aquí, pero es claramente una injusticia social. Pagamos impuestos pero no se atienden las necesidades básicas de forma adecuada.

 Otro desaguisado más es el de la seguridad en el Hospital Carmen y Severo Ochoa. Han reducido la plantilla de personal de seguridad quedando sin ella por las noches y en determinado horario de tarde. Así están y estarán hasta finales de mayo.

 La falta de profesionales de la medicina es un mal de todo el país. Miles de sanitarios desempeñan su vida laboral fuera de nuestras fronteras, estamos dilapidando el dinero que cuesta su formación y sobre todo perdemos a unos profesionales muy cualificados e imprescindibles en la sociedad. Pues si el mal es general en el suroccidente es aún peor.

 Desde la puesta en marcha del Hospital Carmen y Severo Ochoa han pasado un buen número de gerentes por él, la inmensa mayoría han sido meras marionetas de la consejería de Sanidad. El deterioro de la situación en estos últimos años es notoria. Cuando un gerente no se implica con la comarca, carece de una mínima empatía con los profesionales y con los ciudadanos las cosas solo pueden ir a peor. Así ha sido. Como ciudadano quiero un profesional atento a las necesidades y que de forma activa busque y encuentre soluciones.

 Cuando a los consejeros de Sanidad y presidentes varios se les llena la boca hablando de la sanidad pública asturiana en el suroccidente esbozamos una sonrisa irónica y ya sabemos que nos tocarán las migajas.

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