Opinión

Comicios del 28M y los "simpa" políticos

Las diez acepciones en asturiano de "comiciu"

A las puertas de los comicios 28M, aparte de levantarnos aceras y asfaltos varios con los que remover memorias a corto plazo, los políticos de todo signo y condición parecen recibir las protestas ciudadanas a mesa puesta e invitar al día siguiente: "pedir que está todo pagado".

En la carta de degustación que nos leen a bombo y platillo de campaña electoral, ofrecen casas de alquiler a saldo y segundas viviendas rurales para llenar la Asturias vaciada.

De primer plato sanean listas interminables de espera quirúrgica, mientras los sanitarios anuncian huelga. De segundo, reparten tres mil euros a jóvenes para que vuelvan de Londres a plantar aguacates aquí. No lo veremos.

Para los postres redistribuyen fondos europeos con apercibimiento, pendientes de soporte jurídico con la judicatura de puñetas caídas, expedientes sin resolver sine die: ¡Alea jacta es! –o sea, siéntate y espera.

En Asturias hay políticos que confunden comicios con "comiciu", uno de los vocablos que más acepciones aguanta en nuestro dialecto.

Desde "parásito" a "comezón" o escozor por volver a la poltrona. También, "comiciu" es "hambre" que hay quien la pasa en Asturias pese a estar convidado.

A contrario sensu "comiciu" es "lugar donde saciar el hambre", normalmente si entras en política la única oposición a superar es el rival que puja por el asiento. En Asturias hay una proporción de uno a cinco para pillar cacho de concejal. No está difícil.

"Comiciu" es "fartura en la calle", por ejemplo El Bollo en Avilés. Probablemente la connotación más pura y social del término.

La definición más retorcida es "consumir mucho sin ver resultado alguno". Suele pasar cuando acaban los cuatro años y se despiden, encima enfadados.

Hay la variante de "miagar" al principio de legislatura cuando empiezan a echar las culpas al que salió, normalmente por otra puerta giratoria. ¡Señor!

La octava descripción de "comiciu" viene a ser "fraude a costa del erario público", siendo raro el mandato que no salga algún edil imputado.

Cuando el "comiciu" es "abuso de precios de bienes de consumo" a costa de los votantes ya es para nota, léase la cesta de la compra, entonces se aplica el doble sentido de "pasar hambre".

Esta distribución etimológica tan asturiana tilda a "quien vive a costa de otro", normalmente cuando el que se mete en política no tiene oficio u ocupación conocida, esto es "comiciu" per se, quien se levanta de treinta a cincuenta mil euros anuales, aquí el vocablo rechina. Los sin sueldo están a dieta, o sea, cobran por reunirse.

Es "comiciu" o menudencia "abundar en cosa pequeña". migas que suelen dejar tras la fartura anunciada a golpe de elecciones e invitan sin perras.

Ante la Administración, "comiciu" es la "misión burocrática para un fin de poca importancia pero que da mucho que hacer" sobre todo a los usuarios con la cita previa. El mejor ejemplo de "comiciu" tras la pandemia fue un invento en contra de los usuarios. Nos la calcaron con el "Resistiré", a fe que sí.

Por último "ganar en una partida demasiadas piezas al contrario"; si les entras al trapo, a la urna no habiendo más remedio, te desplumarán sí o sí.

Los invitados, o sea los contribuyentes, para cuando volvamos del baño a la mesa del "comiciu" los de lo prometido ya se habrán ido.

Es un buen término para definir la política cuando tienes a gran parte de la sociedad clamando pan y justicia en la mesa electoral concejal y diputada.

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