El poder local asturiano

El liderazgo socialista en los ayuntamientos

Javier Junceda

Javier Junceda

Once convocatorias electorales locales se han celebrado hasta el momento en Asturias. Las candidaturas socialistas compartieron en los primeros compases democráticos el liderazgo con las de la Unión de Centro Democrático y las formaciones independientes, e igualmente en las de 1995 y 2011 con las listas del Partido Popular y de Foro de Ciudadanos. Con todo, el predominio del voto al PSOE durante estas cuatro décadas no ha llegado a ser completo por la existencia de un puñado de alcaldías en manos de partidos independientes y de Izquierda Unida.

En determinadas comarcas, PSOE e IU han conservado el poder en toda la época estatutaria. En San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Ribera de Arriba, Belmonte de Miranda o Somiedo, no se ha conocido más triunfo que el del PSOE desde 1979. Pero, del otro lado, Villayón ha sido gobernado siempre por el PP.

Aunque suela existir correlación entre los resultados estatales o autonómicos con los municipales en el Principado, también ha sido bien visible durante estos años la presencia de mandatarios locales que continúan en su puesto a pesar de las fluctuaciones electorales que experimentan sus partidos. El factor de proximidad se hace mucho más intenso en estos comicios que en cualesquiera otros, de ahí que las caídas en votos de ciertas formaciones nacionales o regionales afecten poco a aquellos candidatos que a juicio de sus vecinos hacen razonables gestiones. Incluso, se han conocido triunfos de aspirantes apartados de sus siglas de origen, cuando por diversos motivos deciden participar encabezando listas aparte, como sucedió tras el declive de UCD, en que conservaron el bastón líderes que fueron de ese partido bien al frente de opciones independientes o agrupación de electores, o incorporándose a otros grupos políticos.

Como fiel reflejo de la evolución del poder municipal en Asturias, cerca del setenta por ciento de los Ayuntamientos asturianos han continuado hasta hoy presididos por el PSOE (cincuenta y tres, de los setenta y ocho existentes). Y, en casi la mitad de ellos, la hegemonía se concreta en la mayoría absoluta (treinta y siete, en concreto). Le sigue IU, con nueve alcaldías, ocho el PP, cinco los independientes y tres FAC. Es decir: ocho de cada diez concejos siguen dirigidos por partidos de izquierda, a los que debieran sumarse determinados equipos de gobierno independientes que cuentan con ese mismo sesgo ideológico.

Esta singularidad nuestra resulta de complicada explicación, aunque no sea descartable que el éxito de unos y el paralelo fracaso de otros sea tributario de las acertadas o desacertadas estrategias de los principales partidos radicados en Asturias a la hora de abordar la selección de sus candidatos municipales y de ocuparse de los problemas alejados de las grandes urbes. Algunas formaciones, incluso, siguen teniendo inconvenientes a la hora de componer sus listas electorales en concejos poco poblados o distantes del centro de la región, incluyendo a afiliados cuneros ajenos por completo a los municipios, desconociendo sus intereses y problemáticas. Con todo, cuando opciones diferentes al PSOE han focalizado su atención en el entorno municipal y han sabido elegir buenos aspirantes, han tenido inmediata traslación en los resultados electorales, como sucedió con la irrupción de FAC en el escenario político, lo que se traduciría para esta formación en diez alcaldías, cerca de ciento sesenta concejales en toda la comunidad y otros tantos gobiernos de coalición con diferentes partidos.

Lo que está claro es que, parafraseando a Einstein, si buscas obtener resultados distintos no debes hacer siempre lo mismo, salvo que seas socialista y tengas la costumbre de descorchar champán cada cuatro años mientras los demás continúan mirándose ensimismados los unos a los otros creyendo que unas elecciones se ganan metiendo ruido tres meses antes de votar.

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