La noche agridulce del Crusoe territorial

El PSOE resiste en las autonómicas, pero pierde poder municipal, con sonoros batacazos, sobre todo en el Occidente

La noche agridulce del Crusoe territorial

La noche agridulce del Crusoe territorial

Francisco García

Francisco García

Adrián Barbón debió irse anoche a la cama con un regusto agridulce: ha vuelto a ganar las elecciones autonómicas, pero su partido ha perdido destacados ayuntamientos, incluso la plaza señera de Gijón. Barbón mantendrá el Parlamento regional sin desgaste apenas en número de escaños, pero a los fontaneros de la FSA se les han atascado las cañerías. Lo del Presidente tiene mérito: al candidato no le ha pasado factura en votos la errática y en ocasiones escandalosa política del plenipotenciario de la Moncloa, como sí ha ocurrido a otros barones socialistas. Asturias resiste y Barbón queda como el Crusoe territorial. Le salió bien la campaña de identificación personal con los símbolos de Asturias. Es obvio que resulta más sencillo agitar una bandera que una idea.

El dilema de Canga. Tampoco debió acostarse anoche pleno de satisfacción el cabeza de cartel de los populares, que aunque consiguió engordar en seis escaños la cuenta de resultados del PP, no le dio para el vuelco galáctico que pretendía. No quedó tan lejos. Diego Canga ha servido a los conservadores asturianos para certificar que el éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo. Al menos el alto funcionario de Bruselas ha roto la persistencia popular en el error que ha sido habitual durante décadas, incluso con sonrisa de oreja a oreja. ¿Se quedará Canga en Asturias a ejercer con mano férrea la labor de oposición? La pregunta con la que Barbón le zahirió de manera extemporánea durante la campaña es ahora pertinente. Al menos en su comparecencia de anoche puso cara de permanencia.

Que viene el lobo. Conviene no caer en la trampa del pánico. Puede que de tanto apelar al voto del miedo contra el advenimiento de la extrema derecha haya conseguido Barbón el efecto contrario al perseguido. De tanto mentar al lobo envuelto en piel de cordero, el PSOE ha atizado aún más la tea del cabreo rural y aventado la papeleta del descontento, que ha caído parte en la bolsa del PP y parte ha volado aún más a la derecha. Parece que el Occidente asturiano –sobre todo el sur, con descalabro descomunal de los socialistas en Cangas del Narcea y pérdida también de los ayuntamientos de Tineo y Allande– ha llevado a cabo un notable ejercicio de pragmatismo del que no se han beneficiado las candidaturas localistas, sino la derecha más centrada o menos. La mayoría absoluta de los populares en la villa principal del Narcea ha retumbado como una monumental descarga. El caso de Castropol, con victoria del candidato repudiado por el partido, es para hacérselo mirar.

Vuelve el "moriyonato". Como se temía –o como se aguardaba ardientemente desde el otro lado de la acera– habrá vuelco ideológico en Gijón, donde la derecha gobernará reunida. Moriyón será alcaldesa si lo quiere Pumariega. Si bien la democracia no es más que aritmética con diálogo, no parece que la exmedallista olímpica vaya a entregar a la forista el bastón de mando a coste cero, como hizo Pilar Fernández Pardo con más fe que estrategia política hace doce años.

El cortejo a Vox. Cuentan que cuando Napoleón III conoció a Eugenia de Montijo quedó tan prendado de ella que quiso de inmediato conquistarla. En una fiesta, mientras la galanteaba, el emperador preguntó a la dama que por dónde se iba a su habitación. Y ella respondió que por la iglesia. Algunos ayuntamientos asturianos podrían quedar gobernados por la derecha en común. Puede que mañana mismo comience el cortejo, a sabiendas de que los de Abascal son gente de matrimonio canónico.

Los campeones de Oviedo, Siero y Mieres. Canteli y Cepi alcanzaron la mayoría absoluta en Oviedo y Siero; el alcalde capitalino con suspense, muy a última hora. Mérito que alcanzó también, una vez más, el incombustible Aníbal Vázquez en Mieres. Salvando las distancias ideológicas, los tres comparten virtudes similares. Como escribió Tolstói en el prólogo de "Ana Karenina", "todas las familias felices se parecen; las desgraciadas lo son cada una a su manera". Como Ciudadanos o Podemos.

El día de mañana. Al ganador de las urnas habrá que rogarle encarecidamente a esta hora tardía de la noche electoral que no deje para mañana lo que puede evitar definitivamente. O sea, no eludir ni un minuto más la obligación de sacar a Asturias cuanto antes de la adormidera y el ensimismamiento.

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