El PSOE se mimetiza una vez más con Asturias

Ramón Díaz

Ramón Díaz

El PSOE suele dejar poco espacio a la sorpresa en Asturias. Tanto así que en cuarenta años de elecciones autonómicas solo ha perdido dos de once, en 1999 contra el PP de Sergio Marqués y en 2011 contra el Foro de Francisco Álvarez-Cascos, aunque en este caso solo en escaños, no en votos. Traducido: cinco años sin el poder en cuatro decenios. Ayer tampoco hubo sobresalto en la sede de la Federación Socialista Asturiana en lo que a las autonómicas se refiere (las municipales fueron otro cantar). Pese a la ola de votos a la derecha que inundó España, el PSOE asturiano resistió casi sin inmutarse, al lograr solo un escaño menos que en 2019, lo que debe calificarse como una victoria personal de Adrián Barbón. Se queda a cinco asientos de la mayoría absoluta, así que no se adivinan mayores problemas para que repita como presidente, porque un "pacto a la griega" se antoja impensable. Los números no engañan: si hay un partido mimetizado con Asturias, con parecidas virtudes y similares defectos, es el PSOE. En este pequeño país del Norte sigue siendo, sin duda, "el partido".

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