Razones para brindar

La celebración del Día Mundial de la Sidra

Javier Fernández

Hoy se celebra el Día Mundial de la Sidra y para los que trabajamos en la hostelería es una ocasión perfecta para reflexionar sobre la bebida más universal de nuestra región. La sidra es un producto que transciende los valores propios del mercado para conectar directamente con nuestra identidad y nuestra cultura. Por eso, debemos abrazarla, defenderla y proyectarla como parte de nuestro patrimonio.

Nuestra sidra es un símbolo de Asturias, como lo son el prerrománico o el Naranjo de Bulnes y, además, la sidra natural asturiana tiene asociada a su imagen un gesto diferenciador, único en el mundo, que le confiere un carácter aún más especial.

El escanciado no es solo un recurso que potencia toda la expresividad de la bebida, sino un gesto magnético capaz de atrapar las miradas. La fascinación que produce en los visitantes que lo observan por primera vez es el mejor indicativo del enorme potencial que supone nuestra sidra como reclamo turístico.

Nuestra sidra es además industria. De esa que favorece el terruño, no se deslocaliza y da vida a nuestros entornos rurales en riesgo de despoblarse. Además, no hay que olvidarse de que la sidra nos invita a compartir. Es una bebida social en un mundo cada vez más ensimismado e individualista.

Para muchos locales de nuestra región la sidra es el corazón de su actividad y su razón de ser. Por eso, aunque parezca una obviedad, conviene recordar que sin sidra no habría sidrerías y sin ellas no sólo se lesionaría la economía de la región, sino algo incluso más importante: su alma. Básicamente, Asturias no se puede entender sin sus sidrerías.

La sidra asturiana es una, pero tiene muchos nombres. Cada vez existe entre los consumidores una mayor sensibilidad al respecto y eso es algo que debemos celebrar. Desarrollar el gusto por diferentes palos y marcas evidencia el interés creciente de los consumidores y se convierte en un acicate que estimula la sana competitividad entre nuestros excelentes productores.

A muchos de ellos los podremos ver mañana en una nueva edición de la famosa Preba de la Sidra, Fiesta de interés turístico regional en Asturias, y que desde hace 23 años congrega en la popular Calle Gascona de Oviedo a miles de personas expectantes por disfrutar de la oferta de los 19 llagares inscritos y que dan a probar su primer caldo de la temporada.

Oviedo será mañana un escenario importante para la sidra, pero no es, ni mucho menos, el único. Afortunadamente, la sidra es tan trasversal a nuestro territorio como lo es el verde de sus montañas. Un lugar para tomar buena conciencia de ello es el Museo de la Sidra de Asturias. En Nava se levanta un espacio imprescindible para conocer la trascendencia que tuvo, tiene y ha de tener la sidra para nuestra región.

El museo se suma hoy a la celebración del Día Mundial de la Sidra con un acto en el que participarán la DOP Sidra de Asturias y la Federación Asturiana de Concejos, escanciando un culín de forma simbólica.

En Otea tenemos la suerte de participar del patronato del museo, lo que nos permite apoyar mejor la labor del nuevo director, al que aprovecho para desearle la mayor de las suertes en su tarea, pues pocas cosas hay más bonitas e importantes que preservar y dar a conocer nuestro patrimonio. Hoy nos acordamos de la sidra asturiana porque ocupa un lugar destacado del mismo. Echemos un culín y brindemos por ella. Feliz día mundial de la sidra.

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