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Opinión

María Gaitán

Pedir disculpas

El error como parte de los seres humanos y cómo aprender de él

Los seres humanos somos falibles, nos equivocamos infinidad de veces en nuestro día a día. Es algo inherente a nuestra cualidad de estar siempre actuando, tomando decisiones, creando cursos de acción. Sí, las personas yerran. Esto es conocido por todos desde la antigüedad, ya que fueron San Agustín y Cicerón los responsables de acuñar la frase: Errare Humanum est (equivocarse es de humanos). Con esta frase estos dos autores quisieron dejar claro que si bien el error forma parte de los seres humanos, hay que aprender de ellos para que no se repitan. La frase en latín que hemos mencionado antes no acaba así, tiene, de hecho, una segunda parte por lo que la sentencia entera queda así: Errare Humanum est, perseverar diabolicum (errar es de humanos, pero perseverar es diabólico. O, dicho de otro modo, no hay que insistir en el error).

Debido a eso los individuos hemos aprendido a vivir con nuestra capacidad de equivocarnos, dando lugar a que respetemos y entendamos la tendencia al error de los otros. El error queda entonces encajado como una pieza más del complejo tapiz social que vamos conformando día a día. Pero, para no olvidar la sabiduría de los que nos precedieron, cuando alguien se equivoca la sociedad, como ese legislador moral que es, hace ver ese error para que no vuelva a repetirse. En nuestra vida en comunidad tenemos mecanismos para que los otros olviden nuestros errores y poder así avanzar. El mecanismo más conocido por todos es el perdón. Se podría definir el acto de pedir perdón cómo " adoptar una actitud de reconocimiento de la culpa, un proceso de entender el daño causado y tener una disposición al cambio y una tendencia a la restauración del daño ocasionado".

Con todo esto, me veo avalada para decir que Luis Rubiales no pidió perdón tras el beso dado a Jenni Hermoso, jugadora de nuestra selección femenina. No pidió perdón porque de su disculpa no se infiere la asunción de la culpa, ni la necesidad de enmendar su comportamiento, y mucho menos, disposición a reparar el daño causado. Lo que sí se puede transcribir de sus declaraciones es una justificación de sus acciones, o lo que es lo mismo, no pide perdón porque no cree que haya hecho nada mal.

Por si fuera poco, los hechos ocurrieron en la entrega de medallas, tras la final del mundial femenino, en el que España salió campeona. Nuestras chicas son campeonas del mundo y nuestro país cuenta con dos estrellas en su camiseta. Por primera vez un equipo femenino consigue llegar tan lejos y en lugar de hablar de eso, de la rotura del techo de cristal en el deporte, estamos hablando de la incapacidad para reconocer sus errores de un hombre adulto.

Voy a finalizar este artículo diciendo que tengo en mi familia una portera, un ratoncillo que come queso y crece con sus hermanas como referente. Una mujer fuerte que supera sus limitaciones con el fútbol y que ahora puede ver que hay mujeres como ella capaces de llegar a lo más alto y demostrar que el deporte puede ser un lugar para empezar a obtener justicia social.

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