Opinión

Pugi, ebrio de españolismo

Puigdemont no es un loco, y lo demostró al guardarse de proclamar la República Catalana, como esperaba la multitud que llenaba el Paseo Lluís Companys, en aquel discurso tras el fallido referéndum. Sin embargo, podría estar demasiado herido en su dignidad, tan española, como para que resulte fácil pactar con él. De hecho quiere poner por delante la dignidad de Catalunya, que identifica con la suya (un delirio de grandeza), antes de negociar. Eso es poco catalán, y además poco realista, pues si para salvar su dignidad ofende a la de los demás españoles el acuerdo nunca sería posible, salvo que el loco fuera Sánchez. En España, para bien o para mal, la dignidad no se negocia. Alguien debería decirle "¡por favor, sea menos español y más catalán, hable de cosas medibles y contables!". Por si acaso, aunque yo siga pensando que habrá acuerdo, Sánchez debería preparar su plan B, con urnas.

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