Opinión

El Partido Republicano se llama Donald Trump

El expresidente, que será investido candidato de los conservadores en la Convención Nacional de julio, ha laminado a sus oponentes y ha vuelto a su favor sus líos judiciales y económicos  

El Partido Republicano se llama Donald Trump

El Partido Republicano se llama Donald Trump

Donald Trump será de nuevo y por tercera vez candidato republicano a las elecciones americanas del próximo 5 de noviembre. Las recientes victorias del “Supermartes” han despejado el camino del empresario neoyorkino para regresar a la Casa Blanca, dejando fuera de juego a su única rival, la exgobernadora de Carolina del Sur y ex embajadora ante la ONU Nikki Haley, que decidió renunciar.

Si Trump vence en noviembre hará historia. Será el primer presidente en más de un siglo que pierde una elección (frente a Biden en 2020) y regresa al poder cuatro años más tarde, emulando a Grover Cleveland en 1892.

La justicia acorrala a Trump, sus rivales tratan de desprestigiarle de forma continua: él mismo fomenta la polémica y ofrece una visión radical de la realidad estadounidense adaptada a a sus intereres. Aún así, la “trumpmania”, el “trumpismo”, arraiga incluso en estados como Massachusetts o Nueva York, de tradición demócrata. Trump es un fenómeno político y sociológico difícil de entender en clave europea. Un candidato de modales broncos, sin demasiado atractivo físico, enfrentado a todo lo que no comulga con sus ideales.  ¿Dónde está entonces el secreto de ese imán político que traspasa incluso al sistema judicial americano? Hay varias razones:

1. Sigue siendo la economía…estúpido

La primera, y la que más toca el corazón de los americanos (ya lo decía Clinton), es la economía. Eric Trump, el hijo del aspirante a la investidura republicana lo dijo hace unos días: “la gente quiere prosperidad y mi padre propició el mejor periodo económico en la historia de los Estados Unidos, con las tasas de desempleo e inflación más bajos y con precios de los combustibles más asequibles”.  Biden tiene en su contra un aumento de los tipos de interés que lastra los pagos hipotecarios de las familias y la subida de los precios energéticos por la guerra de Ucrania, conflicto que desde el país ven bastante lejano, por contraste con la guerra de Gaza, que si divide a la sociedad, con una amplia presencia de judíos, que suelen votar demócrata, en desacuerdo con las políticas de Biden.

2. La leyenda de “Sleepy Joe”

En los Estados Unidos ser “mayor” no es un problema para ocupar un cargo, ni siquiera el de Presidente, pero la figura de Biden (81 años) se ha ido desinflando con el paso de los meses hasta el punto de que ese sobrenombre de “sleepy joe” (Joe el dormido), que arrastra desde sus años como senador en Capitol Hill, se ha reactivado tras hacer sido captado dando unas cabezaditas en la cumbre del Clima de laCOP 26 (la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático).  Los lapsus en público del Presidente y los presuntos problemas cognitivos de los que los medios americanos hablan desde que fue nominado candidato demócrata en 2020 contrastan con la fuerza arrolladora del aspirante republicano que a sus 77 años aparece siempre en plena forma, aunque tampoco exento de fallos y confusiones en sus intervenciones públicas.

3. Nacionalismo a ultranza frente a la emigración

Trump ha llegado a ser comparado a los nazis por sus declaraciones despectivas sobre los inmigrantes que no cuadran en su idea de “hacer grande a América de nuevo”.  Biden, situado en el extremo opuesto, se lo echa en cara siempre que puede. El Presidente exhibe un perfil mucho más conciliador con los extranjeros que se juegan la vida en el Río Grande para ganarse la vida. Lo cierto es que el votante medio republicano empatiza con ese rechazo a los que llegan de fuera y Trump sabe rentabilizarlo. 

4. Enganche con los jóvenes

Una encuesta publicada por The New York Times en diciembre mostraba seis puntos de ventaja para Trump entre los votantes de 18 a 29 años. En 2020 Trump estaba 24 puntos por detrás de Biden en ese mismo tramo de edad. May Weston, líder de los Jóvenes Republicanos de Iowa, ha llegado a asegurar que Trump seduce por su imagen poderosa en el escenario. 

Joe Biden

Joe Biden / lne

5. El victimismo de Trump, a su favor

Los líos judiciales (ha sido acusado cuatro veces por lo Penal) ayudan a la causa “trumpista”. El “former president” al que muchos dieron por muerto políticamente tras el asalto al Capitolio, se beneficia de lo que sus partidarios y él mismo consideran “una caza de brujas”. 

Un personalismo sin apenas precedentes

Nunca desde los tiempos de Kennedy uno de los dos grandes partidos estadounidenses se había identificado tanto con una persona. Una de las sorpresas de las primarias republicanas ha sido la ausencia de alternativas serias a Trump, salvo Nikki Haley, que fue gobernadora de Carolina del Sur entre 2011 y 2017, primera mujer que gobernó el estado sureño. Todos los aspirantes a coronarse en la Convención Nacional Republicana, que se celebrará del 15 al 18 de julio en Milwaukee (Wisconsin), fueron desistiendo de su empeño Vivek Ramaswamy, Asa Hutchinson, Larry Elder, Tim Scott, Ron DeSantis, Mike Pence y Chris Christie son, junto a Haley,  los “cadáveres” que el huracán Trump ha ido dejando por el camino hasta conseguir vía libre para la nominación.

En las encuestas Donald Trump lleva una ligera ventaja sobre Biden. Un reciente sondeo de Siena College para The New York Times confirma que la popularidad del presidente es la más baja de todo el mandato con un 47% de votantes que desaprueban su gestión. La última palabra la tendrán las urnas el 5 de noviembre. 

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