Opinión

Todo árbol medrará si el concejal está contigo

Monumento a la emigración

Paseando por la acera de la calle Vicente Vallina, vulgo el Picayón, en dirección a los depósitos de agua, encontré la acera levantada y una raíz que salía por debajo para ganar la barandilla, trepar por ella y por la luz hasta convertirse en un arbusto de buen porte. Me informé y tiene toda la pinta de tratarse de la "Buddleja globosa", o matico, originaria y común en Sudamérica, que a Oviedo trajo la casualidad.

Hablamos de un arbusto perenne de hojas grandes, lanceoladas, verde oscuro el haz y felpudas por el envés, con nervadura muy evidente y ya sin flor, ésta sale en invierno. Se le atribuyen propiedades cicatrizantes en heridas, para aliviar quemaduras, inflamaciones, dolor de garganta, tos, úlceras externas e internas y dolores estomacales, si es lo que digo, ¿eh? Y si es lo que digo, en el idioma shipibo-konibo, de la amazonia peruana, tribu que sobrevive en las riberas del río Ucayali, se conoce a este arbusto como la "potoima rao". "Potoima" significa hartarse y "rao", remedio.

Y para no dar la razón a Garcilaso con aquello de "¡Quién pudiera hartarse de no esperar remedio y de quejarse!", ni a esa gente que cree que nada tiene arreglo, más que traer esto como denuncia, para que una cuadrilla venga, arranque de cuajo la raíz, repare la acera, coloque las baldosas en su lugar y sanseacabó, lo expongo para que un jardinero municipal analice el arbusto, compruebe si es lo que digo, y si es la "Buddleja globosa", levante las baldosas necesarias, para que respire el matico, acomode en torno a él un alcorque y hagamos así un modesto monumento a la primavera. Y a la emigración.

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