Opinión

Constitución embalsamada

Doy por hecho que el día de hoy será de autosatisfacción por los bienes que dispensa nuestra Constitución, texto salvífico y amuleto que nos preserva de los muchos males que nuestro genio alumbra sin cesar. Pero quienes la vimos nacer en tiempo real sabemos bien que no es otra cosa que la expresión de un acuerdo transversal para la convivencia, fruto a su vez de un espíritu de concordia y pacto que entonces reinaba en España. Sabemos, asimismo, que si se le dio su rotunda rigidez fue por descartar como inimaginable que las grandes fuerzas favorecidas por el sistema electoral se echarían un día al monte para llevar a cabo sus partidas de caza. Hoy aquel espíritu ha volado, la caza del adversario es deporte nacional, la Constitución ha quedado momificada y nadie se atreve a tocarla, ni siquiera cuando proclama que en el orden de sucesión de la Corona el varón precede a la mujer.

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TEMAS

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