Nava y la sidra

A veces, cuando la gente se pregunta por qué Nava es la Villa de la Sidra hay que recordarles qué fue nuestro concejo, qué supuso Nava en la Cultura Sidrera y, para ello basta hacer un pequeño recordatorio. En nuestro recuerdo figuran llagares emblemáticos que fueron desapareciendo : El Sareganu, El Piloñu, el de Quilo el guardia, el de Efrén Cienfuegos, el Bombé de Gonzaga, el de Segundo el alcalde, el de Peñamayor de Leo, el de Arboleya, el de Pin Prida y los de Sánchez, todos estos en La Plazuela (Nava villa). El de Mino Solares en Villabona, el de El Argayón, el de Zoilo en Ceceda, el de Mino en Gamonéu, el de El Ventorrillo de Nisén, el de Peláez, el de Ornia, el Cabañón, Sidra Alonso de Ovín, Sidra Corte en El Remediu, sidra Ordóñez en Villa, el de Prisciliano, Sidra Ovín y el de Quilo Noriega en Tresali, Sidra Cocina y El Empalme en el concejo.

Nombres como Pedro y Hugo Sánchez, Víctor y Corsino García, Alfredo el de Angelón, Zoilo, El Sareganu, Manolo Zapatero, Julio Estrada, Aurelio el Piloñu, Ernesto Vigón, Pepe Roza, Leo, y otros que la memoria no retiene hicieron posible este logro actual.

Por ello y con estos mimbres en Nava se entiende y se ama la sidra. Todos estos llagares son parte de nuestra historia y elementos imprescindibles para conocer e interpretar la cultura sidrera.

Sidra Sánchez era el llagar mas famoso y su sidra la mas demandada. Ver bajar desde la estación del tren embajadas de chigres renombrados de Gijón, de Mieres o de la cuenca del Nalón con el chigreru de turno al frente para probar mediante la espicha algún tonel era muy frecuente y los guajes de entonces sabíamos a donde se dirigían y también les veíamos partir hacia la estación de aquelles maneres...

Recuerdo, ya en el llagar nuevo de La Riega como figuras del fútbol lo visitaban: Luisito Suárez, recién nombrado "Balón de Oro" y acompañado de H. H. ( Helenio Herrera ) entre otros.

Decir Sidra Sánchez era mentar la excelencia y los amantes de la sidra buscaban con denuedo aquellos chigres donde se vendía.

Gijón y les Cuenques eran los lugares donde más y mejor sidra se bebía.

Años más tarde, Manolo Zapatero que se había iniciado en el llagar de Gonzaga en la plaza Manuel Uría , adquiere a Guzmán el suyo de Dominganes y comienza una andadura que le llevó a ser considerada su sidra la más apreciada, de tal manera que se la llamaba en términos coloquiales y cuando se pedía en el chigre o sidrería una de sidra, a esta se la decía: "Ponme una de champán". Tal fue la fama que adquirió.

La sidra de Nava por sus características era más tardía que la de Villaviciosa pues la climatología era más benigna en la costa.

Los llagares de Nava, todos "a teya vana" por ser este tipo de construcción la que permitía una mejor aireación y evaporización en la fermentación de la sidra. Era una característica en el concejo.

Hoy los llagares que continúan fabricando, como Roza, Orizón o Viuda de Angelón mantienen este tipo de construcción.

En un Festival de la Sidra y quizás detrás de algún culete de más dije que la sidra era la sangre que corría por las venas de los navetos; hoy, lo mantengo

La sidra de Nava sea de la DOP o no, siempre tuvo buen mercado y muchas veces basta preguntar: "Qué palu tienes ?". Pa que el chigreru te diga : "Ye de Nava" y con esi apellidu sobren les etiquetes. En la Plazuela nos queda como recuerdo imborrable y esperando que vuelva a abrirse pues es un bien cultural que Nava no puede perder, el llagar de Zapatero, con sus paredes de piedra sin encalar y su techumbre original. Este llagar es considerado por los entendidos como "La Capilla Sixtina de la Sidra".

Las tradiciones de Nava están todas reflejadas en la sidra y sus llagares. No hay ni hubo celebración donde la sidra no estuviera presente. Siempre que hay un navetu hay una botella de sidra en su mano.

Nava, "Villa de la Sidra", este emblema se debe a un gran impulsor de nuestra bebida que fue José María Caso Mayor ( Pepe Caso). Al final de los años 60 la sidra tuvo un declive y dejó de consumirse y con ello muchos de los llagares de Nava se veían abocados al cierre. Es entonces cuando la figura de Pepe Caso aparece y haciendo piña con todas las generaciones, mayores, jóvenes y adolescentes, emprendió una tarea desconocida en aquel entonces.

Puso a todo el pueblo a trabajar en su idea de un Festival de la Sidra, año 1969, que mediante publicaciones en todos los medios de difusión concurso de pintura, de carteles, periodístico una rifa de un Seat 124, este coche entonces era de lujo, ( Nunca antes había existido nada parecido ) y otras novedades jamás antes vistas.

Todos los llagares de la villa abrieron sus puertas y los visitantes admiraban aquellos grandes toneles de madera que cobijaban la sidra.

El éxito fue impresionante.

Las calles estaban a rebosar, en la Plaza Manuel Uría no cabía un alfiler.

Los festivales se hacían, entonces, cada dos años por eso de la vecería (alternancia de años fuertes de cosecha con otros de escasa producción) y para que no coincidieran con el Festival de la Manzana de Villaviciosa que también se hacía cada dos años.

Creo que Pepe Caso se merece un homenaje póstumo por parte de la Organización del Festival y nada mejor que uno de sus hijos sea el pregonero pues estoy seguro que tendrá mucho que contar.

Las generaciones navetas crecieron en un mundo donde la sidra era un elemento común en todas las casas pues eran muchas las personas que trabajaban en los llagares.

Ahora bien, en Nava las mujeres fueron quienes con su trabajo callado y duro pues el invierno con aquel agua tan fría. Era la época de lavar les botelles con aquelles escobilles de alambre que ruxíen al moveles dentro de la botella.

Pasar por delante de los llagares con les puertes abiertes y aquelles tinajes llenes de agua con las botelles dentro y ver aquelles manes curtíes, sin guantes, no los había.. Cuántos sabañones... Qué trabajo mas duro.... Creo que fueron las verdaderas artífices de que la sidra obtuviera la calidad y prestigio que hoy tiene. Ellas fueron las verdaderas heroínas. La Cultura Sidrera parte de ahí. En Nava, sabemos bien lo que supuso tanto esfuerzo. Los recuerdos de aquel tiempo hacen valorar lo ahora conseguido.

En una ocasión, en el llagar de Zapatero , un grupo pequeño de turistas coreanos que los estaban introduciendo en nuestra región nuestras amigas de "Where is Asturias" ( Valerie, Dolo y Begoña) un coreano me preguntaba por el ritual de la sidra y mientras Elena Zapatero espichaba un tonel yo le iba dando detalles del mundo de la sidra, del porqué del escanciado, de cómo antes todos bebían por el mismo vaso y del porqué se arrojaba lo último del culete al suelo.

Siempre tuve una teoría que al comentarla con ilustres llagareros me decían que era posible y es la que sigue y es la que me gusta:

Desde tiempos inmemorables las distintas culturas de los pueblos daban las gracias a sus dioses, la luna, el sol etcétera por los bienes que la naturaleza les había concedido y hablando con este coreano y exponiéndole lo que yo consideraba como tradición que era ofrecer el resto del culete , bien en el vaso, bien en la zapica a la tierra vertiéndolo sobre ella. Me contesta que ellos con su bebida típica hacen lo mismo y por el mismo motivo, dar las gracias a la madre tierra.

Tan lejos y tan cerca, las culturas se encuentran en sus tradiciones. En un Festival de la sidra y a preguntas de una periodista de LNE y quizás detrás de algún culete de más dije que "la sidra era la sangre que corría por las venas de los navetos" Hoy, lo mantengo.