Opinión

Los colibríes y Muface

Desde que mi médica me citó en tres meses pese a mis dudas sobre si DKV me atenderá en tan fatídica fecha de 2025 –tiene usted que volver porque si no le baja el azúcar con la alimentación habrá que medicarla– he desarrollado una envidia incurable de los colibríes. Pues este pajarito, que aletea incansable, vuela hacia atrás y hacia abajo y además es precioso, tiene un metabolismo 100 veces más rápido que los elefantes, así que mi envidia galopante no se debe a sus habilidades ni a su precioso colorido, sino a que su dieta es casi exclusivamente a base de azúcar y, como desde hace años casi todo lo que me gusta es ilegal, inmoral o engorda, añoro el dulce que en mis años mozos ingería como colibrí y ahora tengo prohibido.

Sé que los azúcares añadidos son un fraude y dañan a todos, pero, si yo fuera colibrí, no necesitaría médico, como seguramente alguno de los amables lectores de cierta edad tampoco.

Todo avanza y la medicina más, no así la responsabilidad social de las avarientas compañías aseguradoras, una de ellas dispuesta ya sin clemencia a abandonar a su suerte a los funcionarios porque no les han subido lo que demandaban, en un pulso al Gobierno que habrán pensado sus directivos que si se pliega ante Puigdemont y Otegui, por qué no se va a plegar también a las demandas más capitalistas e insolidarias. Adeslas se va y ASISA y DKV se lo piensan. Muface nos escribe y dice que no nos preocupemos y a muchos mutualistas ya les ponen problemas para atenderlos. Y a una le enfada muchísimo que este macabro suspense no cause preocupación máxima en el Gobierno, de cuya labor Sánchez presume mientras obvia los problemas reales de la gente real. Y Óscar López, ministro de la cosa, está tan obsesionado con insultar a Ayuso que no tiene tiempo ni ganas de ponerse de una vez con esa nimiedad, que ya le impele Mónica García a que nos suelten a Muface entero en el seno de la medicina pública que eso de la saturación es un bulo de la ultraderecha, todos los ministros hacen cosas chulísimas y su España es la mejor de las Españas posibles.

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