Opinión

Reyes a la carta

Humorada de un día de regalos y parabienes

Con Hunosa bordeando el alambre de la irrelevancia y las factorías de Arcelor transitando por el declive del alambrón, los Reyes Magos ya no cargan sacos de carbón para esta Asturias antaño hullera, hoy funcionaria, peregrina y cachopera. Lo que antaño se justificaba como un castigo navideño para escolares más aplicados hoy se antojaría oro negro para calentar tantos hogares ateridos a causa de la carestía energética.

Sin carbón no hay térmicas, salvo La Pereda, donde antes o después acabará ardiendo la ortodoxia de la vieja izquierda contraria a la incineración y que tendrá que recurrir al eufemismo para justificar su obligada huida de la quema. Cuando dejen de humear las chimeneas se cerrará otra página significativa de la Asturias industrial, que fue exportadora de energía y talento y ahora se conforma con ser deficitaria de kilovatios y de materia gris. ¿I+i+D y qué?

La ley de protección animal no autoriza dromedarios en las cabalgatas, pero campan camellos por los suburbios con sus saquitos estupefacientes. Cualquier día no podrán desfilar con las carrozas navideñas figurantes con turbante y moriscos atavíos para no herir sensibilidades foráneas. Y el lenguaje inclusivo obligará a una paja por cada paje. El año próximo, el portal de Belén puede convertirse en una solución habitacional para los jóvenes con ganas de emanciparse. Lo que parece descartado es que Aldama y Koldo les pongan un pisito. Lo que se da por seguro es que las viviendas que promete Sánchez las firmará el estudio de arquitectura de los tres cerditos.

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