Opinión

Arde Hollywood

La aparición del maligno suele venir acompañada de manifestaciones de su prestancia en forma kitsch. Quiero decir (sin ser doctor en el tema) que no se nos revela de modo abstracto o sutil, sino con el hortera simplismo de lo evidente. Por ejemplo, el modo tan visible en que fracasa un atentado (condenable, claro, sea de quien sea la mano que movió el gatillo) y en automático empiezan a sonar monedas en la máquina del voto. Por ejemplo, el modo en que farfulla el primer contrincante en el debate clave. Por ejemplo, el modo en que, en vísperas de la toma de posesión, Hollywood, bastión de la conciencia de USA y del mundo que le era tan crítico, empieza a arder. El género que impropiamente llamamos cómic tiene su carisma en el manejo de ese lenguaje esquemático, directo y contundente, que suele incluir un registro de burla. Solo se capta y cuenta (como ahora) en ese mismo registro.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents