Opinión
Jose Manuel Cima
La buena salud de la negociación colectiva en la industria asturiana
Los avances en derechos para proteger el empleo
Ya han pasado tres años. A finales del 2021 asistíamos a la derogación de la nefasta reforma laboral de 2012; que desde CCOO llevábamos reclamando durante casi diez años a base de un fuerte proceso de movilizaciones. Una década después conseguíamos recuperar derechos, dotar de más estabilidad al mercado laboral y reequilibrar la negociación colectiva.
Hay que reiterarlo: esos derechos los hemos conseguido gracias a la negociación colectiva que es y seguirá siendo la base para construir un mercado laboral estable, digno y con garantías; recordando además que a los trabajadores y trabajadoras nunca nos regalaron nada. En CC OO de Industria tenemos claro que los sectores industriales son el motor y pilar económico de Asturias y es necesario garantizar la viabilidad futura de los mismos: son los más estables y, por tanto, de más calidad y con más derechos.
Este año se ha cerrado la negociación colectiva con importantes convenios sectoriales firmados, sobre todo en cuanto a volumen trabajadores y trabajadoras beneficiados. Estamos hablando, por ejemplo, de los convenios del metal, automóvil, confiterías, panaderías, vinos y muchos de empresa, que afectan a un total 41.862 trabajadores y trabajadoras. Para cerrar el círculo, próximamente comenzará la negociación de otros convenios muy importantes para CC OO de Industria de Asturias, como son el del sector auxiliar y el de sidras…porque somos un sindicato de movilización y negociación, y con la negociación colectiva también salvamos empleo.
Hay que ser consciente, pese a que se haya recuperado el poder adquisitivo y la negociación colectiva goce de buena salud, de que está en un periodo de continuos cambios y por ello, como primer sindicato, debemos adaptarnos a las nuevas realidades para seguir defendiendo más y mejor a la clase trabajadora. Porque la negociación colectiva se trata de eso, del reparto de la riqueza, de la defensa del empleo y de la mejora de condiciones laborales y sociales.
Por tanto, es necesario buscar la mejor adaptación posible a los cambios y encontrar fórmulas que abracen los cambios tecnológicos pero que a la vez se mantengan los derechos laborales de las personas trabajadoras. Por ello una de las demandas de CC OO ha sido la formación continua para adaptarse a esos cambios que traen las nuevas tecnologías; adecuarse a esta nueva realidad más digital, pero garantizando la desconexión y los derechos; poner las nuevas herramientas al servicio de la clase trabajadora, nunca al revés.
Aunque la negociación colectiva avance tenemos por delante algunas asignaturas pendientes:
En los convenios colectivos que se han firmado este año, tras la publicación el 9 de octubre del RD LGTBI, se han de incorporar medidas para la igualdad y la no discriminación de las personas LGTBI en las empresas, garantizando entornos de trabajo libres de violencia y respetuosos con la diversidad.
También debemos lanzar la siguiente alerta: desde el pasado 7 de marzo de 2022, hace ya diez meses, las empresas de más de 50 personas trabajadoras tienen que obligatoriamente negociar planes de igualdad. Pues bien, la realidad que nos estamos encontrando es bien diferente. Salvo honrosas excepciones, existe una nula colaboración empresarial a la hora de facilitar la información para hacer el diagnóstico, con lo que dificulta el trabajo de la negociación por parte de las organizaciones sindicales.
De todo esto se trata la negociación colectiva: de avanzar en derechos, de proteger el empleo y de lograr trabajos más seguros y saludables. Y es así que en los sectores del ámbito de la industria con convenio suscrito con la representación sindical hay menos conflictividad, menos siniestralidad y más igualdad y por tanto algo que a día de hoy es imprescindible: más productividad.
Una productividad obtenida de una forma mucho más justa y equilibrada, y no mediante un mero aumento de la precariedad, la jornada laboral y sin detrimento de las condiciones de seguridad y salud de los trabajadores y las trabajadoras o de sus salarios, lo que al final hace, además de más productivos en cuanto a volumen, más competitivos y atractivos a los sectores industriales también por las oportunidades que ofrecen a las personas trabajadoras como una forma en la que desarrollar su vida laboral.
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