Opinión

El olvidado Suroccidente

La comarca asturiana que parece el lejano Oeste

Si existe una comarca en esta bendita región necesitada de mayor compromiso de las administraciones, de medidas compensatorias más urgentes y de un tratamiento diferenciado, esa zona es el suroccidente, la extensa franja territorial cuyo portalón de entrada se abre en Salas y conduce, por tortuosos pasillos, a las estancias de Tineo, Cangas del Narcea, Allande, Degaña e Ibias.

No sobrevive lugar en posición más vulnerable, de más acusado declive demográfico y con mayores dificultades de accesibilidad que esta comarca que soportó sin rechistar el cierre de minas en liquidación mientras buscaba pepitas de oro en el río de Navelgas. En proceso de demolición, como la central de La Barca.

El lejano Oeste asturiano se parece al farwest: para llegar a muchos sitios se impone un rodeo. Hay carreteras en la comarca por las que resulta más cómodo transitar a caballo que en carreta. Como en algunas películas de tiros, al borde del camino empiezan a asomar pueblos fantasmas, donde ya casi no habita nadie. Pronto la reserva de Muniellos será menos conocida que la reserva de los pocos apaches que sobrevivan en el territorio de sus antepasados, objeto de interés turístico y etnográfico. Donde los cuatreros aparecen una vez cada cuatro años a rascar apoyos electorales. ¿Adivinan cómo se llama la película? “Por un puñado de votos”, que cada vez son menos pero no menos necesarios. O mejor, un western crepuscular: “Sin perdón”. El que no tienen los responsables políticos de haber desatendido durante décadas a esta tierra de tantos trenes perdidos, a la que no llega el ferrocarril.

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