Opinión | Futuro europa

Una política útil para los ciudadanos

La cumbre en Asturias de los presidentes autonómicos del PP

Política útil. Debería ser una expresión redundante. ¿Qué otra política tendría que haber sino una subordinada a las necesidades de la gente? La política útil es la que mejora cómo vivimos, la que tiene soluciones para nuestros problemas. Parece obvio, pero hay que ver cuánta política inútil, irresponsable o directamente perjudicial nos rodea.

De la política que sirve se acaba de hablar mucho en Oviedo hace unos días. Hemos tenido la suerte de que el presidente del PP y los presidentes autonómicos de nuestro partido hayan elegido nuestra tierrina para reunirse y aprobar una Declaración de Asturias en la que se abordan los problemas que hay en España. Y se aportan respuestas concretas y soluciones realistas, de las que hablaré en las siguientes líneas.

Problemas no faltan, desde luego, porque el Gobierno hace como que gobierna, pero no pone en marcha ni una sola reforma útil a los ciudadanos. Su parálisis e incompetencia se extienden desde el acceso a la vivienda hasta la pérdida de competitividad de la economía, desde el deterioro de los servicios públicos y la Administración hasta la inseguridad jurídica creciente y la burocracia que entorpece y ahoga a los ciudadanos y a los autónomos, pymes y empresas. Charlatanería, nuevos impuestos por todas partes, ataques a la Justicia y a los medios independientes y corrupción rampante, política y económica.

¿Podría ser peor? Difícil. Es un gobierno cuyo presidente está dedicado a los problemas judiciales que cercan a su familia –y quizá a él mismo, como sugería el pasado lunes el Tribunal Supremo– y a los enfrentamientos provocados por el revoltijo de socios que le apoyan.

De la Declaración de Asturias me gustaría seleccionar tres apartados que son clave en la política útil de la que hablaba.

En primer lugar, la vivienda. La misma vivienda que cuando está en boca del presidente del Gobierno, alguien venido de otro planeta pensaría al escuchar a Sánchez que éste lleva siete semanas en La Moncloa, en lugar de casi siete años. Lo cierto es que todo son medidas ya anunciadas hace años por él mismo y que se quedaron en nada, es decir, en una Ley de la Vivienda inútil. Y el colmo es recurrir a fórmulas intervencionistas fracasadas que le sugieren sus compañeros de viaje y que no resuelven ni el acceso a la vivienda ni la situación del mercado del alquiler.

Lo que propone la Declaración de Asturias es derogar esa Ley de la Vivienda que no funciona, pactar con partidos y Administraciones una nueva Ley del Suelo para construcción de viviendas asequibles, fomentar las de protección oficial, facilitar el acceso a hipotecas, rebajar la fiscalidad, agilizar la burocracia y desbloquear la ley antiokupas.

Otro apartado vital en la política útil es el que tiene que ver con la fiscalidad. Lo que necesitamos es una política fiscal que capte inversiones, mejore la competitividad y la productividad e incremente así la renta de las familias. Tenemos justamente lo contrario: un infierno fiscal con 81 subidas de impuestos y cotizaciones en casi siete años, y el anuncio de otras 15 subidas. La recaudación aumenta, claro, pero a costa de asfixiar a familias, trabajadores y empresas, y crecen el gasto exorbitado para satisfacer a los socios de Gobierno, el déficit y la deuda. Necesitamos recuperar en 2025 el IVA reducido en alimentos básicos, rebajar al 4% la tasa de las transmisiones patrimoniales a los jóvenes para facilitarles el acceso a la vivienda y disminuir el impuesto de donaciones.

Y es fundamental tener, por último, un mercado abierto sin barreras normativas entre comunidades autónomas y en el que la simplificación burocrática sea instrumental en el crecimiento económico. Es un compromiso que adquieren en esta Declaración las comunidades autónomas y ciudades autónomas gobernadas por el PP para resolver los problemas de los ciudadanos y equilibrar la persecución empresarial y la inseguridad jurídica de los últimos tiempos.

Yo celebro que estas propuestas salgan de un encuentro en Asturias, que en demasiadas ocasiones parece como si se borrara de la presencia nacional y europea que debe tener. Y cuando la voz de Asturias tiene poco eco en España, y la voz de España está asfixiada por el mal gobierno, es cuando son indispensables las propuestas que aborden nuestros problemas y sectores vulnerables, nuestras necesidades agrarias, energéticas e industriales, nuestro estancamiento en comparación con otras comunidades autónomas vecinas.

Los asturianos y los españoles debemos saber que hay respuestas a sus preocupaciones. No nos dejemos descorazonar por los que alientan la división y cosechan la desigualdad y el enfrentamiento. Hay una política que sirve.

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