Opinión

Luis Gancedo

Biden, Eisenhower y la plutocracia

El presidente estadounidense previene en su despedida sobre el poder de la "oligarquía" tecnológica que apoya a Trump

Joe Biden, 46.º presidente estadounidense, probablemente será recordado por cuestiones domésticas como su inédita decisión de abandonar la carrera electoral frente a Donald Trump a cuatro meses de los comicios del pasado noviembre, o por su forma de conducirse en tres grandes frentes de la política exterior: el último Vietnam de EE UU (Afganistán, donde ordenó la retirada total tras veinte años de guerra con los talibanes), el desafío de la Rusia de Vladimir Putin a Occidente en la invasión de Ucrania y la carnicería de Gaza por la respuesta israelí a los crímenes de Hamás. Quizá el interés en añadir a su legado un mensaje que perdure sobre el porvenir de la democracia liberal le haya movido a versionar este miércoles el impactante discurso de despedida que hace 63 años pronunció el entonces presidente saliente, Dwight D. Eisenhower, "Ike".

Biden, Eisenhower y la plutocracia

Biden, Eisenhower y la plutocracia

Ike, general de cinco estrellas y héroe de la Segunda Guerra Mundial, previno en 1961, en plena Guerra Fría: "Debemos cuidarnos de la adquisición de influencia injustificada, tanto solicitada como no solicitada, del complejo militar industrial". Esa premonición sobre los riesgos de la injerencia del Ejército y de los fabricantes de armas en la acción política del país pasó a la historia como "la advertencia de Eisenhower". La "advertencia de Biden" apunta ahora contra el "complejo tecnológico-industrial" y reza así: "Hoy, en los Estados Unidos se está creando una oligarquía de extrema riqueza, poder e influencia que literalmente amenaza a toda nuestra democracia, nuestros derechos y libertades, así como la posibilidad de que todo el mundo salga adelante. (…) Si el abuso de ese poder no se detiene ahora, las consecuencias serán graves".

Sin dar nombres, se refería a los Elon Musk (propietario de la red social X, Tesla, SpaceX…) o Mark Zuckerberg (CEO de Meta, matriz de Facebook, Instagram, WhatsApp...), aliados de Trump, entre otros multimillonarios. "Los estadounidenses están siendo sepultados bajo una avalancha de falsedades y desinformación que permite el abuso de poder. La prensa libre se desmorona. Los editores están desapareciendo. Las redes sociales renuncian a comprobar los hechos", añadió sobre los negocios de tales colosos tecnológicos.

Los estadounidenses han elegido presidente por segunda vez al acaudalado Donald Trump con el apoyo de millones de familias modestas que consumen sus promesas y sus embustes, viralizados por los algoritmos del "complejo tecnológico-industrial". Presumiblemente, millones de ellas confían además en salir de pobres con el neonacionalismo económico que ha predicado el magnate inmobiliario ante una feligresía que crece cuanto más menguan las clases medias.

Trump no ha traído la rampante desigualdad, que es global y tiene causas globales, pero es poco verosímil que combatirla vaya a ser un propósito capital de su administración plutocrática (gobernada por ultrarricos). Y lleva razón Joe Biden cuando, en el mismo discurso, añade a su advertencia la íntima conexión que existe entre la calidad de la democracia y la dimensión de las referidas clases medias. Hace cuatro años prometió "reconstruirlas". El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca demuestra que no lo consiguió. n

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