Opinión | Sol y sombra

Troceando que es gerundio

El decreto ómnibus derogado la pasada semana en el Congreso se trocea y vuelve a presentarse tras unos días de cantinfleo propios de una política tan adolescente como irresponsable en la que el relato partidista quiso imponerse a los intereses generales. Sánchez ha cedido una vez más ante Junts para no dar su brazo a torcer a la oposición, que le exigía lo mismo que sus socios catalanes independentistas pero sin pedir nada a cambio.

Es de una lógica aplastante separar las churras de las merinas en un decreto calificado de escudo social que sin embargo no lo es, como tampoco se parecen en nada mostrarse a favor de reactualizar las pensiones y aprobar la cesión de un palacete a los nacionalistas vascos por la vía de urgencia, o las ayudas al transporte que subir el IVA de la luz y de los alimentos. ¿Acaso es igual sacar adelante las medidas para resarcir a los valencianos de los daños de la dana que proteger aún más a los okupas sin entrar a definir como es debido las causas del desahucio de una vivienda? ¿Qué tiene de escudo social encarecer la bolsa básica de la compra y el recibo de la luz?

El Gobierno no ha podido alargarse lo que quisiera en culpar a sus opositores del bloqueo de las medidas sociales; ya que todas las encuestas le señalaban como principal responsable. Sánchez ha tenido que conformarse con trocear los decretos y transigir en tramitar una cuestión de confianza dejando claro que es su prerrogativa concederla a quienes la piden: sus socios, que solo se fían de él cuando lo ponen de rodillas. n

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