Opinión

Estampida política con las vacas de Tineo

Gobierno y oposición batallan a cuenta del brote de tuberculosis bovina

Los políticos deben medir al gramo el peso de sus palabras. Tal obligación debería incluirse como asignatura obligatoria en el parvulario de quienes pretendan dedicarse profesionalmente a la gestión de la cosa pública.

No se puede aseverar a la ligera que lo que está pasando en Tineo con el brote de tuberculosis bovina es ya “un problema de salud pública”. Hasta que se descubra el origen del brote, asunto en el que deberían emplearse a fondo los técnicos de la consejería de Medio Rural, no resulta ni veraz ni tampoco conveniente aseverar que nos encontramos ante un problema de salud pública, como han apuntado en declaraciones con altavoz altos responsables del citado departamento regional, empezando por su titular, al que le ha pillado la vaca.

En este momento, lo que hay es un problema de sanidad animal que conviene atajar con urgencia para preservar a la región como zona libre de tuberculosis. Pero justificar una pésima gestión política e informativa de la cuestión apelando al miedo no le hace ningún favor al sector ganadero: ¿quién va a comprar un filete con semejante publicidad negativa? Comparar, por otra parte, el brote de tuberculosis del ganado en Tineo con el covid se antoja una mayúscula irresponsabilidad

También la oposición debería poner en la balanza el tamaño de su discurso, ni utilizar al ganado en estampida como ariete contra los palos del sombrajo del gobierno. Hacer el jabalí solo provoca daños.

De cualquier forma, en esta batalla dialéctica solo habrá un perdedor: el ganadero; y con él, una actividad tradicional que languidece con los pueblos, venidos a menos.

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