Opinión | SOLO SERÁ UN MINUTO

¡¡¡Alerta, alerta, alerta!!!

Atención, alerta, alerta, alerta. Se comunica con carácter de urgencia la llegada de un frente voraz de extremada virulencia que amenaza con hacer impracticables las vías de comunicación y dañar de forma irreversible los canales de entendimiento. Se aconseja a la población que aún no ha sido contaminada por el virus de la intolerancia y el desdén a los principios básicos de la convivencia (respeto, empatía y sosiego) que no pierda la calma ante las tormentas de intolerancia que se suceden sin tregua, que busque un refugio seguro y alejado de las zonas tóxicas en las que habitan algunos monstruos capaces de todo para lograr o conservar el poder, e incapaces de ejercerlo con talento y talante al servicio de un bien común y no de un mal embravecido. Y que no se acerque a la zona cero de la conflictividad estéril, ese territorio donde solo crecen plantas conspiranoicas, gurús del catastrofismo barato, arietes anónimos que convierten los mundos que pisan en inmundos ataques a la libertad ajena y a la verdad que se mantiene a salvo de los fabricantes execrables de bulos, de los manipuladores amorales que son capaces de vender a quien sea para seguir obteniendo los beneficios de la ruindad al por mayor, de los mercenarios de la mentira en horarios de máxima imprudencia y de las termitas que van comiendo poco a poco todo lo que nos distingue como seres humanos dignos de merecer que nos llamen así. Si le ha llegado esta alerta procure mirar bien dónde pisa, no vaya a caer en la trampa inmoral de quienes convierten el odio en una forma de ocio, de quienes solo se escuchan a sí mismos y son incapaces de pensar que tal vez sean ellos los equivocados, de quienes se niegan en redondo a aceptar al que piensa distinto, de quienes siguen adorando a tiranos muertos o de quienes consideran que una patada a tiempo soluciona más problemas que un diálogo sin amenazas. En fin, si ha escuchado esta alerta es que quizá pertenece a un segmento de población que aún es capaz de tomar precauciones para limitar al máximo los daños de una tormenta tan perfecta que mete miedo.

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