Opinión | Asturianas con ciencia

Transformar la educación en la era del capitalismo digital

La importancia de transferir el conocimiento para lograr una sociedad más justa

Transformar la educación en la era del capitalismo digital

Transformar la educación en la era del capitalismo digital / LNE

Licenciada en Pedagogía, maestra y doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad de Oviedo, lidera el equipo de investigación sobre Innovación Educativa con TIC y Entornos Virtuales de Aprendizaje (IETIC-EVEA), un equipo de 15 personas integrado en la Red de Excelencia REUNI+D. Es una de las 5.000 investigadoras españolas que figuran en el ranking del CSIC por su producción científica. Con más de 30 años de trayectoria, ha sido secretaria, vicedecana y decana de la Facultad de Pedagogía, directora del Área de Innovación Docente y del Campus Virtual de la Universidad de Oviedo y presidenta de la Asociación Asturiana de Pedagogía.

Las mujeres que llegamos a la Universidad en plena Transición procedentes de entornos rurales y de clases sociales no acomodadas éramos más bien escasas. Por eso somos una generación que aprendimos pronto a nadar contracorriente. En esa época la educación salía, igual que las mujeres y el país mismo, de una "larga noche oscura". Investigar sobre la educación era algo que se hacía en otros países y que en el nuestro estaba empezando a tomar cuerpo.

La investigación que realmente transforma la educación siempre está ligada a la mejora de las prácticas y a una visión fuertemente colectiva de los procesos. Así que, desde que me inicio en la investigación, primero como becaria, luego como parte de varios equipos nacionales y, por último, ya liderando mi propio equipo, siempre he trabajado desde la idea de la investigación como un trabajo grupal, al servicio de la mejora de lo que hacemos y de la transformación de la educación.

También me ha acompañado siempre una visión de esos procesos como fuente de un conocimiento comprometido que debemos transferir a la sociedad para contribuir a hacerla más justa y equitativa. Ideas todas ellas bastante alejadas de las corrientes que han sido dominantes en la investigación educativa en estas últimas décadas, en las que la mayoría de las mujeres hemos sido "las triunfantes perdedoras", sistemáticamente relegadas a los márgenes por una estructura universitaria fuertemente masculinizada, patriarcal y sexista.

Las mujeres hemos sido "las triunfantes perdedoras", sistemáticamente relegadas a los márgenes por una estructura universitaria fuertemente masculinizada

Desde nuestras primeras investigaciones, sobre la situación de la infancia en Asturias, hasta el momento actual hemos ido abordando diferentes retos que, en estas tres décadas, se han planteado en el mundo educativo. De esta forma, en 2008, hicimos el primer informe sobre la situación de los y las Menores Inmigrantes no Acompañados en Asturias, cuando ese era un fenómeno casi desconocido en nuestra autonomía. En 2014, lideré un equipo que participó en el proyecto europeo ECO Elearning, communication and open-data en el que estudiamos, junto con otras 23 universidades y entidasdes europeas, las posibilidades pedagógicas de los llamados entonces Cursos Masivos Online (MOOC), permitiéndonos avanzar mucho conocimiento para la situación que se plantearía posteriormente durante la pandemia. Cuando se inicia, en 2020, el confinamiento y hay que afrontar el súbito paso de nuestra Universidad presencial a la virtualidad, era la Directora del Centro de Innovación Docente. Para afrontar ese enorme reto, tuvimos que servirnos de ese conocimiento acumulado, pero también seguir indagando en la acción para sacar partido de las posibilidades de lo virtual en el contexto de una crisis mundial que implicaba el aislamiento del profesorado y el alumnado universitario.

La progresiva toma de conciencia sobre la prevalencia de las desigualdades de género en nuestra sociedad abrió otra de las vías de investigación que he desarrollado en el marco del Master GEMA Erasmus Mundus y del Doctorado en Genero y Diversidad. El estudio de lo que está ocurriendo en los espacios virtuales con la socialización de las mujeres jóvenes me ha permitido dirigir recientemente algunos trabajos que han sido premiados por el Instituto de la Mujer o por la Asociación libre de Abogadas y Abogadas de España, de los que estoy profundamente orgullosa. En los últimos tiempos, conscientes de la crisis socioambiental en la que está inmersa la humanidad, hemos investigado, a través de proyectos financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación y en red con equipos de la Universidad de Cantabria y de la Universidad de A Coruña, sobre la urgencia de construir educativamente una ciudadanía que pueda dar respuestas globales a esos problemas. También en estos proyectos hemos incorporado metodologías vinculadas a la perspectiva de la "ciencia abierta" que nos han permitido "coinvestigar" con agentes sociales y con ciertos colectivos más vulnerables algunas realidades que precisan mayor apoyo y sostén educativo. Esta línea nos ha llevado a participar en REUNID+, una de las mayores redes de excelencia investigadora del ámbito educativo que hay en nuestro país, financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

El recorrido largo y muy rico es, y ha sido siempre, un camino colectivo en compañía de Yoya, Alo, Carlos, Adelina, Santiago, Isabel, Cristina, María, Patricia, Ángela, Paco, Karla, Anus, Alejandro, José Luís, David, Antonio, Mayte… Son solo algunos de los nombres de personas fundamentales que me han acompañado en esta singladura y sin las que nada de lo que he hecho habría sido posible. Finalmente, como bien sabemos, lo personal es político y, por tanto, es importante decir aquí que ese recorrido profesional debe mucho a toda mi familia, especialmente a mi madre, Jesusa, a mi compañero, Nacho, y a mi hija, Elisa… Justo es reconocerlo.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents