Opinión

Enamorados

Nos infravaloramos al vernos como títeres del marketing, ignorando que este suele ser un reflejo de nuestras pulsiones. ¿O tal vez nos sobrevaloramos al vernos por encima de leyes y ciclos de la naturaleza? En la primera quincena de febrero las cigüeñas retornan y se afanan en preparar el nido con vistas al apareamiento. En las noches oímos lo que parece llanto de un bebé y es el maullido enrabietado de gatos en celo. Al amanecer nos rodea el canto de cortejo de las aves, el más bello el de mirlos y petirrojos, estos con su interminable cháchara a distancia, como (más tarde) el menos grato entre los córvidos, mientas van brotando aquí y allá, por especies, las primeras floraciones. En mi adolescencia triunfaba en la pacata España "El día de los enamorados", con George Rigaud como San Valentín y un reparto insuperable. Así que ayer, 14, no fue el día que fue porque sí. Ya estaba ahí.

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