Opinión

Un paraguas morado

Cada año, por estas fechas, revisamos las estadísticas sobre igualdad de género. Lo hacemos como quien se asoma a la ventana esperando ver el sol, pero –año tras año– descubrimos que sigue lloviendo.

No caeré en ese pesimismo del "no hemos avanzado nada". Hemos avanzado mucho, pero queda camino por andar. Y, como sigue lloviendo, necesitamos un paraguas morado. Un paraguas morado que nos aísle de la brecha salarial. El salario medio de los hombres se sitúa en 29.382 euros, el de las mujeres en 24.360 (cerca de 18% menos). En Asturies (cuarta comunidad autónoma con mayor brecha), la tasa es del 19,55 por ciento. Las mujeres tenemos que seguir esforzándonos más para conseguir menos. Seguimos bajo el techo de cristal.

Es imposible afrontar la desigualdad laboral sin hacer frente a la feminización de los cuidados. El año pasado, 68.100 mujeres afirmaron que su inactividad laboral se debía al cuidado de niños, adultos incapacitados o mayores. La cifra se reducía hasta 14.400 entre los hombres. Siguen siendo muchos los hombres que ayudan –solo ayudan– en casa.

Un paraguas morado para ir lejos. Según Action Aid International, las mujeres palestinas "sufren más violencias de todo tipo" que los hombres. Las mujeres, en estos últimos años, se han visto sometidas a miles de agresiones sexuales y otras vejaciones. Su vida es luchar por la supervivencia. No nos olvidamos de ellas.

Ni de ninguna. Necesitamos ese paraguas morado, también, para protegernos de la violencia machista. La primera víctima mortal de 2025 fue Karilenia, vecina de Llangréu. Hace unos días, Lina fue asesinada por su marido en Benalmádena. Siguen matándonos.

La violencia de género es la expresión más brutal del patriarcado. El mismo patriarcado que lo impregna todo: los juicios a cómo nos vestimos, el miedo al volver a casa, la responsabilidad de la agenda de nuestras hijas, los desaires del jefe.

Un paraguas morado que nos libre de los que niegan que todo esto sea verdad. De los que repiten que la violencia no tiene género, los de la pregunta "¿Para qué un Día de la Mujer?". Un paraguas morado, que abramos entre todos y todas. Un paraguas morado que también se llama feminismo.

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