Así, así, así roba Madrid

Un treintañero de Madrid se coló por la puerta de prensa en El Molinón, se hizo un tour privado por el estadio y se llevó unas cuantas prendas deportivas de recuerdo. Las cámaras de seguridad lo grabaron y fue detenido. O sea, que le pilló el VAR en una de las barras de los bajos del coliseo rojiblanco. Supongo que el personaje en cuestión sería aficionado merengue, un "barra brava", un "ultra sur" de mano larga. El Madrid es un club con el que los de la ribera del Piles mantienen lejanas cuitas de permanente cicatriz. Ya les birlaron una liga y ahora les mangan unos banderines y unas bufandas con nocturnidad y alevosía. "Así, así, así roba Madrid", que diría J. Jordi. Ya nadie recuerda, como gusta referir Manolo Vega-Arango, que los de Concha Espina vinieron gratis a la celebración del 75 aniversario del Sporting, cuando era presidente el caballeroso Luis de Carlos.

Más que una dinámica de lo impensado, que escribiera Dante Panzeri, el fútbol es un estado de permanente confrontación dialéctica. Lo vimos la noche del miércoles, tras la eliminatoria europea entre los dos principales equipos de la capital, con un penalti anulado en la fratricida tanda que resolvía el dilema. No se hablaba de otro asunto ayer en las oficinas, en las fábricas, en los chigres y en las aulas. Pueden estallar mil bombas en el planeta, que importa menos que diez disparos desde los once metros.

P. D.: El actual Sporting de los mexicanos debería brindar homenaje al anteriormente citado histórico presidente y rescatarle del olvido. No hace falta mandarle un mariachi al Club de Tenis, basta con un reconocimiento sincero a lo que fue y a lo que hizo.

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