Opinión | Mujeres

Shere Hite, desaparecida

Un documental recuerda a la autora que provocó una revolución sexual al preguntar a las mujeres sobre sus orgasmos

Shere Hite (1942-2020) consiguió que muchos medios de comunicación estadounidenses dijeran por primera vez las palabras "clítoris" o "vagina", que se cuestionase por qué tantas mujeres fingían orgasmos, o cómo muchas vivían un matrimonio infeliz por la opacidad sentimental de sus maridos.

Su primera obra, "El Informe Hite: Un estudio nacional sobre la sexualidad femenina" (1976), desafió las suposiciones sobre cómo las mujeres alcanzaban el orgasmo. A través de miles de encuestas encontró que ellas no necesariamente llegaban al clímax a través del coito con un hombre: eran capaces de conseguir placer sexual por sí mismas. Fue la gran descubridora de la función del clítoris en el sexo.

Casi cinco décadas después, el ensayo ocupa el número 30 en la lista de los libros más vendidos de todos los tiempos en inglés, con más de 50 millones de copias, pero sus obras han quedado olvidadas. El documental "The Disappearence of Shere Hite" (La desaparición de Shere Hite) explica por qué en Movistar.

Hite nació en un pueblo de Misuri y se reinventó en Nueva York. Su cabello largo, rubio y cardado; su piel clarísima en contraste con sus labiales brillantes, y su estilo de vestir gustaban, pero la hicieron víctima de prejuicios de clase y de género en la Universidad de Columbia, donde un profesor le llegó a decir que dudaba mucho de que la tesina que le había presentado fuera suya.

Dejó el doctorado en historia social, que pagaba posando para "Playboy", al descubrir el feminismo; en la Organización Nacional de Mujeres se hizo amiga de grandes voces del movimiento, como Gloria Steinem, Kate Millett y Florynce Kennedy, y dirigió sus estudios al campo de la sexualidad femenina. Fotocopió miles de cuestionarios que envió a 100.000 mujeres por todo Estados Unidos. Preguntaba cómo vivían el orgasmo y si sus parejas se daban cuenta de ello, que describieran qué sentían, con qué frecuencia se masturbaban o si consideraban que sus vulvas eran bonitas o feas.

Pocas respondieron a las 60 preguntas pero consiguió unas 3.000 historias. Por primera vez, se ponía realmente el foco en lo que realmente sentían y decían las mujeres. Rebatió las teorías de los aclamados Masters y Johnson. Si bien ellos establecieron que todos los orgasmos femeninos implicaban la estimulación del clítoris, indirectamente con el movimiento del pene en la vagina o directamente, a través de manipulación, ella aseguró que las mujeres llegan al orgasmo principalmente por lo segundo. A pesar de que la mayoría de las participantes eran progresistas y cultas, muchas confesaron sentirse obligadas a fingir un orgasmo durante el coito para complacer a un hombre. Más del 70% recalcaron que no podían alcanzar el orgasmo a través del sexo con penetración y que necesitaban estimulación en el clítoris para llegar al clímax. "Siempre finjo orgasmos. Me parece de buena educación", dijo una. Aunque el 95% de ellas afirmaban que podían alcanzar el orgasmo a través de la masturbación, muchas eran reacias a pedir a sus parejas que las estimularan manualmente y pocas estaban dispuestas a estimularse a sí mismas en presencia de su pareja.

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