Opinión
José Antonio Sáenz de Santa María Benedet
Rearmar Europa ¿sin minerales ni algodón?
La necesidad de desarrollar una nueva industria minera para mantener la independencia de la Unión Europea

Rearmar Europa ¿sin minerales ni algodón? / .
En anteriores artículos he intentado transmitir, tanto a las administraciones como al público en general, la necesidad que tenemos los europeos de disponer, para nuestro desarrollo económico, de materias primas minerales que la Comisión ha definido como estratégicas y críticas. Para agilizar los proyectos de investigación geológica y explotación minera, en 2024 el Parlamento Europeo aprobó la "Raw Materials Act". Este Reglamento, de obligado cumplimiento para los estados, está en vigor.
El objetivo es obtener, en nuestro suelo, minerales y elementos químicos imprescindibles para la electrificación de la economía, la transformación energética y la digitalización. Actualmente la Unión importa hasta el 97% del Litio, Cobalto, Tántalo, Wolframio, tierras raras y otros elementos. Recientemente China, ante la creciente demanda mundial y la escasa producción, ha prohibido la exportación de antimonio, galio, germanio y grafito natural, sustancias estratégicas muy importantes en el desarrollo de numerosas tecnologías (microchips, cátodos, pantallas, etc.).
El interés de Estados Unidos por Groenlandia, Ucrania, el Congo, etc. tiene que ver con la búsqueda y el aprovisionamiento de minerales estratégicos como el coltán (Niobio y Tántalo), las tierras raras, y otros elementos. Algún ejemplo: el neodimio, una tierra rara, es vital para la producción de imanes muy potentes que permiten generar mucha mas energía en los molinos eólicos. El indio, un elemento químico, hace funcionar las pantallas táctiles de nuestros teléfonos móviles que contienen, por otro lado, oro, estaño, cobre, etc.
Por razones geopolíticas, en Europa, concluimos que es necesario construir una defensa europea común. Nuestros ejércitos deben ampliarse con más personal mejor capacitado y deben estar dotados con nuevas armas tecnológicamente avanzadas. Se necesitará también más capacidad de combate aéreo, de artillería pesada, de equipamientos como drones, misiles balísticos, etc. Tres años de guerra en Ucrania, han dejado nuestros arsenales muy escasos de munición, especialmente en calibres artilleros pesados.
Nos encontramos entonces con que, para rearmarnos, necesitamos minerales estratégicos que no poseemos, que importamos de países inestables cuando no adversarios y que, aun existiendo indicios importantes en nuestro suelo, ni investigamos ni explotamos por nuestra exacerbada conciencia de medio ambiente y la aversión generalizada hacia la minería. Ahora, vuelve la necesidad de una producción importante y sostenida de minerales en nuestro solar. Europa está muy necesitada, por ejemplo, de wolframio que es importante en aceros de alta dureza para cañones, baterías autopropulsadas, tanques y revestimientos de vehículos acorazados de transporte de tropas.
Carecemos también de otros elementos estratégicos como el uranio enriquecido que alimenta nuestras centrales nucleares. Buena parte del uranio enriquecido se procesa en Rusia. Además, el uranio empobrecido, residual del enriquecimiento, es un material muy denso que se utiliza, en caballería y artillería, para mejorar los blindajes y también para las municiones perforantes de tanques, obuses y baterías autopropulsadas. Es estratégico el níquel cuya fuente principal también es Rusia. Tampoco disponemos de tierras raras que se obtienen y procesan mayoritariamente en China. Estos elementos son fundamentales en los microchips que controlan la aviónica de los cazas de combate, los drones, misiles balísticos, sistemas de radar y de alerta temprana, etc.
En definitiva, si ya teníamos problemas de abastecimiento de materias primas estratégicas y críticas para nuestra industria civil, el rearme que pretendemos vuelve a poner a Europa ante el espejo del desarrollo intenso y rápido de una industria minera digna de tal nombre, capaz de obtener en suelo comunitario muchos de los elementos que se necesitan para que nuestra defensa sea independiente del resto de los bloques geopolíticos que se están conformando en este momento histórico.
Por no producir, no producimos ni algodón. En la Unión Europea solo existe este cultivo en el Sur de España y en Grecia. La producción comunitaria de fibra de algodón representa el 1,5% de la producción mundial. Pues bien, el algodón es un componente esencial para la obtención de la nitrocelulosa, un compuesto básico en la producción de pólvora blanca o pólvora sin humo para municiones. Sin este componente no se pueden fabricar los distintos tipos de munición para fusilería, caballería acorazada, artillería de campaña o naval.
En España, especialmente en la mitad occidental del país, existen numerosos indicios de los minerales estratégicos y críticos definidos por la Comisión. Además, se conocen escombreras y minas inactivas donde se podrían encontrar estos minerales. Su investigación geológica y su explotación es una oportunidad única de desarrollo para varias regiones españolas. En Asturias, en concreto, existe el yacimiento aurífero de Salave, conocido, investigado y con un proyecto de explotación presentado. Además se conocen más de 300 indicios minerales, incluidas algunas mineralizaciones de Antimonio. Estos indicios, previa investigación geológica, podrían dar lugar a nuevas explotaciones mineras que impulsarían la economía regional y la española.
En España existen numerosos yacimientos minerales en explotación. Citemos algunos importantes como la mina de oro de Boinas (Asturias), la de estroncio en Montevive (Granada) o las minas de cobre de Las Cruces (Sevilla) y Riotinto (Huelva). También la única mina europea de coltán en Penouta (Orense) y la de wolframio en Barruecopardo (Salamanca). Sin ánimo de exhaustividad, existen numerosas minas en fase de proyecto, aun inactivas, que será preciso abrir a corto y medio plazo. Así, Retortillo (Salamanca) para producir uranio; Valdeflorez en Cáceres será un gran productor de litio; Abenójar en Ciudad Real obtendrá el wolframio necesario para los aceros de alta dureza. Por último, Matamulas en Ciudad Real podría producir el 70% del consumo comunitario de varias tierras raras.
Todos estos proyectos mineros constituyen una esperanza de independencia estratégica para la Unión Europea, su desarrollo industrial y su rearme. Para España una vuelta a la minería metálica intensiva supondría un desarrollo económico y social de zonas, en general, abandonadas y despobladas. La minería actual, además, está muy controlada por las administraciones, es respetuosa con el medio ambiente y contempla sofisticados planes de restauración. Tiene una gran ventaja sobre otro tipo de actividades industriales: no se puede deslocalizar pues los yacimientos están donde están, en los lugares donde, como consecuencia de los procesos geológicos, los ha puesto la naturaleza.
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