Opinión

Ataque preventivo de la URSS

A preparar todos el kit de supervivencia

Se nos calienta la guerra fría. Dice la señora Von Der Leyen que suena en lontananza desde la frontera oriental la trompetería del apocalipsis. Y que hay que prepararse para “un incidente a gran escala”, eufemismo que alerta de los planes maliciosos de Putin una vez que Trump le sirva, a modo de circe, la cabeza de Zelenski en bandeja de plata.

Si se avecina una agresión armada sobre Europa ¿qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS, si el autobús se ha vuelto loco y no te quiere llevar al Orinoco? Qué visionarios fue Polanski cuando en 1982 visualizó, con todo el ardor, la que se nos vendría encima casi medio siglo después, y que en esta primavera presurosa de 2025 se nos anunciaría el invierno nuclear. Un Nostradamus punki ochentero nos pone ahora los pelos de punta.

Siguiendo las recomendaciones europeas, ¿ha preparado ya, abnegado lector, el kit de supervivencia? Haga caso a los mensajes que llegan de Bruselas, antes de que sean cifrados para bordear a la inteligencia enemiga, y acopie en la despensa latas de fabada, de mejillones y de sardinillas. Desempolve el infiernillo a gas, acumule mantas, rellene el botijo y cambie la pila de la linterna por si hay que soportar 72 horas de apagón.

Y Sánchez, que deje de gorronear a la OTAN y se rasque el bolsillo, que hay que fabricar más blindados en Trubia y cañones para Escribano en el Tallerón. Que el arsenal no es solo el rival del Madrid en Champions. No vaya a confundir las ojivas nucleares con arcos de arquitectura gótica y nos bombardee las catedrales.

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