Opinión

La sentencia "ni sí ni no" de Alves

Huimos de la lógica porque nos aterran sus leyes implacables. Por ejemplo, la obligación aristotélica del tercero excluido, que obliga a concluir que "o Alves violó a una mujer o no la violó". No cabe otra alternativa. Entre estas dos opciones sin intersección, la Audiencia de Barcelona sentencia que "sí violó", pero el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña se niega a plasmar que "no violó". Su pronunciamiento, en sintonía con los consentimientos, es "ni sí ni no". El violador de Schrödinger, tampoco aquí podemos acceder al cubículo donde se encerraron ambos protagonistas.

El Tribunal Superior ejerce su poder de anular con dureza a la Audiencia, pero no la contradice. Introduce en la sentencia una misteriosa línea, encaminada a contrarrestar sin éxito la ira del feminismo, al apuntar que tampoco cree al futbolista. Para alcanzar su conclusión, las tres magistradas y un magistrado no necesitaban enredarse bizantinos en la distinción entre "credibilidad" y "fiabilidad", pura filfa. Los jueces y los periodistas deberían saber por exceso de experiencia que, en la era TikTok que convierte a cada ciudadano en un consumado actor, ya es imposible juzgar el crédito de cualquier expresión humana. Al revés, un discurso convincente es doblemente sospechoso.

Si la tesis acusatoria ha de ser más consistente que la defensiva según recuerda el TSJC, también gana en estrépito la derrota de la versión de la mujer. A lo sumo, los jueces coinciden en que accedió voluntaria al patíbulo, "ni sí ni no". Nadie querría compartir su destino, ahora desamparada y sospechosa de fabulación, se desaira asimismo a mossos y directivos de la discoteca que activaron los protocolos. Tampoco son envidiables los tres últimos años de Alves, no culpable ni inocente. La pregunta no debe plantear qué sentencia es justa, sino a quién juzgan. La vicepresidenta Montero, apellido fatídico para la izquierda española, desprecia en el futbolista la presunción de inocencia, pero la abraza fervorosa cuando su jefe de gabinete es implicado por Aldama en el caso Koldo.

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