Opinión

Contra el furtivismo

La recogida de la naturaleza de "Paca" y "Tola" cuando eran unas ositas pequeñas puede parecer un hecho que produce lástima al privar de libertad a dos animales salvajes pero esa privación de libertad tuvo consecuencias mucho más graves de lo que a simple vista parecía.

En aquellos tiempos del 89, la población de osos estaba al borde de la extinción, el número de hembras reproductoras que sobrevivían a la caza furtiva posiblemente estaba entre seis y nueve ejemplares, es decir, que la pérdida de dos hembras que deberían incorporarse a la exigua población reproductora tuvo graves consecuencias. Pero aún más teniendo en cuenta que también su madre fue abatida a tiros.

Por lo tanto, el porcentaje de pérdida de biodiversidad en el mundo de los osos de la cordillera cantábrica fue realmente muy importante. Por fortuna en la sociedad asturiana se generó un profundo rechazo con repercusiones poco conocidas. El más importante, la poderosa llamada de atención en los mandos de la Guardia Civil, artífice real del rescate y posterior golpe al furtivismo endémico existente en las montañas de Asturias, consolidando en nuestra región al recién cuerpo creado para defender la naturaleza, el Seprona.

Flaco favor haríamos a la memoria de estas víctimas del furtivismo si ahora pensásemos que hay un profundo cambio en la protección del oso en Asturias, un cambio que nos permite alardear de los logros alcanzados en su conservación. Para nada, cambian los actores, pero no las consecuencias. Se siguen matando osos, cada año más. Esperemos que el cubil que han dejado vacío en las instalaciones de Santo Adriano no tenga reemplazo.

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