El Papa Francisco, el Loco Gatti y el Coco Basile

Dos argentinos ilustres han entregado su alma con escasas horas de diferencia: el Papa Francisco, guardián de la cristiandad, y el Loco Gatti, iconoclasta San Pedro de la portería de Boca Juniors, el mejor portero de la historia del fútbol austral. Ya hubiera querido San Lorenzo de Almagro, el equipo amado por Bergoglio desde niño, haber mantenido al resguardo de su meta al impresionante arquero que jugaba con los pies cuando los demás se defendían solo con las manos.

Los argentinos, tan obcecadosen convertir el fútbol en religión, con Maradona como sumo pontífice y Di Stefano y Messi en el honroso papel de camarlengos, consideraron una señal divina que, a poco de la elección de Francisco en cónclave romano, San Lorenzo levantara la Copa Libertadores en 2014, la gran cuenta pendiente de su dilatada historia futbolística.

Cuentan que, de sacerdote jesuita, Bergoglio solía acudir a los partidos del cuadro local al Gasómetro, y entraba a bendecir a los jugadores antes de saltar al pasto. Y que cuando tomó las riendas del equipo Alfio “El Coco” Basile preguntó que quien era ese cura que se había colado en el vestuario. Al saber que era habitual su presencia, El Coco, que entrenó también al Atlético de Madrid y a la albiceleste, respondió: “¿Este tipo viene siempre? Ustedes vinieron a buscarme a mí, porque no le ganan a nadie. Sacá a este tipo, que es mufa”. El jesuita, que hasta su muerte conservó el carné de socio de San Lorenzo, lo entendió y se marchó. El Ciclón ganó ese día 4-1, con tres goles del Beto Acosta.

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