Opinión

El rearme

Dado que la política es frecuentemente consecuencia del oportunismo de quienes la practican y tanto cacarean, Pedro Sánchez se ha visto obligado a admitir que en 2014 él no hubiera pensado lo mismo que hoy en cuanto a las necesidades de invertir en armamento. Entonces, incluso, decía que sobraba el Ministerio de Defensa. Sin embargo, ahora, en las actuales circunstancias, se ve empujado a rearmar a España sin siquiera contar con el apoyo del Congreso, donde no se pone de acuerdo con la oposición ni con los propios socios de su investidura, que se ven tan dramáticamente impelidos a abandonar el Gobierno que están dispuestos a quedarse en sus cargos hasta agotar la legislatura. Nunca agradeceremos lo suficiente el sacrificio de estos hombres y mujeres entregados a la nación.

El caso es que Sánchez, rendido a las presiones de la OTAN, la Unión Europea y hasta de Estados Unidos, no solamente incrementará el gasto militar en 10.471 millones este año, sino que muy pronto volverá a hacerlo debido a nuevas exigencias. Dentro de sus planes se encuentra, además, que Interior comprará las balas a Israel después de haber insistido Marlaska en que no lo haría, exponiéndose a pagar una indemnización. La situación es excepcional y poco importa lo que digan; el desembolso en el arsenal será el de todos los socios europeos, únicamente que habrá que seguir llamándolo de otra manera para ahorrarle a Sumar la incomodidad de soportar el padecimiento de continuar formando parte de un Gobierno belicista. A Sánchez, para justificarse, le sobra con decir que él no lo hubiera hecho hace diez años, ni siquiera hace unas pocas horas. Así se explica el espectáculo tragicómico de la política nacional.

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