Opinión

¡Detente, Vladimir!

Vladimir Putin ha respondido a la oferta de paz de su amigo Donald Trump masacrando civiles. Y eso que la oferta de este último, rechazada por Ucrania, favorece considerablemente al agresor. De suceder lo contrario, no querrán imaginarse cuál hubiera sido la respuesta del zar ruso. Envalentonado y sintiéndose dueño de la situación, Putin ha emitido una señal inequívoca de terror de tal envergadura que el propio presidente de Estados Unidos se ha visto obligado a capear disimulando con estupor. "¡Vladimir, stop!"

Sospecho, como muchas otras personas razonablemente desinformadas, que las conversaciones para alcanzar un acuerdo entre Rusia y Ucrania se han movido en un escenario tan irreal, como inasumible por parte del agredido, con un guión ya escrito por parte del "amigo americano", que se traduce en la llamada "oferta final". Tras congelar las actuales líneas territoriales, prohibir a Ucrania unirse a la OTAN y después de levantar las sanciones a Rusia vigentes desde 2014, esa "oferta final" a Moscú consiste en un regalo diplomático que sentaría, además, un precedente extremadamente peligroso: el reconocimiento formal de su control sobre la península de Crimea. Estados Unidos rompería con una tradición bipartidista de más de ocho décadas de oponerse a la modificación de las fronteras internacionales por la fuerza, política formulada por primera vez en 1940, después de que la Unión Soviética se anexionara los tres estados bálticos, Estonia, Letonia y Lituania. La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ha dicho, refiriéndose específicamente a los bombardeos y matanzas de civiles, que esto no es buscar la paz sino burlarse de ella, aunque supongo que habrá tenido en cuenta, además, la carta blanca que se otorga a cualquier tipo de invasión.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents