Opinión

La juez Dugan

Autoritarismo, fascismo y estado policial son solo nombres, pero lo que representan es una sucesión de acciones a ras de suelo, hoy aquí mañana allá, en un día a día en que la mancha se extiende poco a poco, acortando derechos, arrinconando a sus defensores e infundiendo miedo para que la gente vaya abdicando de su dignidad y digiriendo la sensación de indefensión que el nuevo régimen necesita para cabalgarla. Por debajo de quienes promueven la quiebra del Estado de derecho y dan las órdenes, el colaboracionismo más innoble es el de los fabricantes de excusas, retorciendo el cuello del derecho para que diga otra cosa sin dejar de parecerlo. La distancia con el Condado de Milwaukee se acorta para dar a la valerosa Juez Hannah Dugan, detenida por no facilitar que su Juzgado fuera utilizado por policías para pescar antiguos inmigrantes que asistían a un acto judicial, el testimonio de un respeto.

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