Opinión

Las causas del apagón

España sufrió un apagón histórico que dejó durante horas a miles de personas atrapadas y que provocó el cierre de oficinas e industrias. Sus causas siguen sin aclararse y probablemente jamás sabremos a qué se debió. El presidente del Gobierno, que tardó seis horas en ofrecer unas primeras explicaciones, señaló inicialmente a las compañías eléctricas privadas cuando es una empresa pública (REE) la encargada de garantizar el suministro. Ayer, sin embargo, en una reunión posterior, les pedía simplemente que colaborasen para identificar el origen y los motivos. Un presentador de los informativos de la televisión pública concluía el lunes su telediario difundiendo que el causante podría ser el tiempo y los cambios meteorológicos intempestivos. No se trataba, supongo, de una broma sino de esa obsesión tan nuestra por culpar al chachachá.

Habrá que ver. No se debe culpar a un gobierno de todo caos por grande que sea, aunque los que ha presidido Pedro Sánchez parezcan venir acompañados de unas cuantas plagas contando con su última y difícil gestación. Pero entre el popular aforismo italiano "Piove, porco governo!" y señalar al primero que pasa por la calle tiene que haber un término medio. Sin que se sepa si la caída masiva del sistema se debió como sospechan algunos a un exceso de producción energética; si se produjo debido a un ciberataque, o al insuficiente cometido de unas fuentes intermitentes solo disponibles cuando hay sol o sopla el viento, la responsabilidad de un gobierno en circunstancias así hay que juzgarla por su capacidad de reacción y las medidas para que esto no se produzca a partir de ahora con la frecuencia que nadie quiere, añadiendo a nuestras vidas un elemento más de inquietud.

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