Opinión

purita de la riva

Don Leoncio, un regalo

No me perdonaría el no dar públicamente un testimonio de afecto, gratitud y admiración hacia la persona que acaba de fallecer, Don Leoncio Diéguez, gran músico, compositor y director del Conservatorio Superior de Oviedo durante 20 años, que coincidieron con mi etapa como profesora. Diéguez fue además, y sobre todo, excelente persona como sacerdote y canónigo de la Catedral de Oviedo, y director del gran coro de la misma. No hay que olvidar tampoco su enorme labor en la Escolanía de Covadonga.

Tuve la suerte de que me visitara pocos meses antes de morir, y me obsequiara con una de sus magníficas obras. Ya me había dedicado otra, titulada "Gaudem et Spes", que estrené en la Sociedad Filarmónica en 1995.

Ha quedado un buen legado y seguro que en el cielo dirigirá el coro de los ángeles. Doy gracias a Dios por este gran regalo: Don Leoncio.

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