Opinión

El trampantojo de la OPA hostil

La consulta popular que Sánchez se ha sacado de la manga

Pedro Sánchez se ha sacado un nuevo trampantojo de la manga: una consulta popular para decidir si acepta la OPA del BBVA sobre el Banco Sabadell. Que decidan otros, que yo me lavo las manos al modo intolerable de Pilatos. Decimos trampantojo porque se trata de un antojo del presidente con trampa: alguien podría votar tantas veces como quisiera con nombres falsos. Y aunque la consulta no es vinculante, pone de manifiesto por dónde van los tiros de esta abdicación de responsabilidad a cargo del Gobierno. ¿No se tratará de una nueva genuflexión ante el nacionalismo catalán, que le tiene cogido por el nudo de la corbata y a la altura de las criadillas?

Una vez que el regulador ha dado el sí, guste o no esa decisión al Ejecutivo sanchista y a sus interesados satélites, lo razonable es que la pelota se dispute en el tejado de los legítimos propietarios de ambas instituciones privadas, que son los accionistas. Y a los que, de alguna forma, el Gobierno ha hurtado su derecho a decidir mediante esta sorprendente expropiación.

Puestos a organizar consultas, el líder plenipotenciario de la cofradía del amén podría haber preguntado a los ciudadanos si aceptábamos la amnistía a los secesionistas o la cesión del Sahara a Marruecos contraviniendo las decisiones de la ONU. Si se debe pactar con los herederos del terrorismo etarra y si la mayoría estamos de acuerdo con el cupo catalán.

La única consulta que el presidente del Gobierno debe convocar es la del adelanto electoral. Cuanto antes y con todas las garantías, que después del apagón al prestigio de este país ya solo le falta un pucherazo.

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