Opinión

Después de 22 años

A Julio González Zapico

Nadie pone en tela de juicio, y menos quienes conocemos los procedimientos, que la capacidad y la responsabilidad de organizar un gobierno, de crear y modificar una estructura con sus consejerías y de nombrar y cesar cargos públicos le corresponde, en Asturias, al Presidente del Principado y, por delegación a sus consejeros y consejeras.

Pero si la responsabilidad está clara porque va unida a las competencias, eso no significa que haya que admitir las decisiones en silencio cuando las formas, sobre todo las formas, no son mínimamente adecuadas.

Hace 22 años, en un día de agosto, un consejero de Industria y un director general de Comercio de Asturias recién nombrados tuvieron un serio conflicto con la organización empresarial de la que formo parte por una campaña publicitaria que decía "ven a comprar a Gijón", que no gustó al resto de municipios de la región, lo que fue muy comprensible.

Es importante señalar este inicio porque todo parecía indicar que, entre la autoridad comercial y la dirección de esta asociación empresarial, las cosas no iban a ir bien. Pero fue todo lo contrario. La capacidad para sentarse, dialogar y entender, para rectificar sin que hubiera ganadores y perdedores, y para hacer visible el acuerdo y no el conflicto forjó el compromiso de trabajar por el comercio asturiano hasta hoy.

Después de todos estos años, quedan para ser examinados y comprobados proyectos de todo tipo que esa Dirección General de Comercio fue poniendo al servicio de las empresas de comercio, sobre todo, de las más pequeñas: para la promoción que permitió crear la imagen del comercio asturiano, para resaltar la calidad certificada en la atención al cliente, para ayudar a la modernización de la imagen comercio, de las tiendas y sus equipamientos, para la digitalización desde el plan PIATIC hasta el reciente DICA, para la artesanía y su presencia en ferias… Cientos de proyectos que han ido uniendo comercios, sus asociaciones y planes estratégicos con la Administración regional. Y también quedan la normativa, tan importante por su contenido en la Ley de Comercio de Asturias y en las directrices de equipamiento comercial, como sobre todo por la forma en la que se llegó a ese contenido, producto del consenso que parecía imposible entre sectores y posturas tan diferentes y de la eterna paciencia de quien sabía que tenia la responsabilidad de llevar un texto legal de esos que no queda más que aprobar.

Estos días se han cerrado esos 22 años de trabajo y lo han hecho de una forma poco elegante con quien durante este tiempo se dedicó a la tarea pública y con el sector empresarial de comercio al que ni se ha llamado ni escuchado.

A partir de ahora, las 15.000 empresas de comercio, sus más de 60.000 trabajadores y quienes las representamos, estaremos dentro de una estructura política de la que esperamos conocimiento, dedicación, escucha y acuerdos, porque la tarea que tiene pendiente es intensa e inmensa.

No será fácil desarrollar la normativa del suelo comercial con la diversidad de actores e intereses que ya han aparecido, conjugar intereses en las declaraciones de inversiones estratégicas, crear nuevos proyectos que aborden los problemas inminentes del sector y sobre todo poner la mirada y la acción en todos los formatos de empresa sin enamoramiento hacia algunos que por volumen y parece que atractivo, han llevado a declaraciones poco tranquilizadoras para las pymes asturianas.

Mientras el futuro se esclarece. Gracias Julio por estos años de acción y colaboración. n

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