Opinión

Localismo, partidos políticos y política cultural

La importancia de reivindicar lo mejor de la región al margen de banderías de cualquier tipo

En algunas ciudades de la Toscana han quedado olvidadas viejas señales de tráfico, que entran en contradicción con las nuevas, recientemente instaladas. A esto se suma, como dificultad añadida, que en Italia el distintivo azul no corresponde a las grandes autovías sino a viejas carreteras. En la avenida de Portugal de Gijón –nombre de calle probablemente de la Guerra Civil, con las de Alemania y de Italia–, que desemboca en la autovía de la Y, hay una única señal de tráfico, dirección a Avilés, como si la autovía de la Y sólo fuera de Gijón a Avilés, y no a Oviedo. A diferencia del ejemplo italiano, esta señalización de la calle gijonesa, aún siendo legal, no tiene aspecto de ser un descuido, sino todo lo contrario, porque hay, en otra calle próxima, una indicación perfecta de todas las vías que unen Gijón con Oviedo y Avilés. Pero la intención parece clara: dar un pequeño "costalazu" a la capital de Asturias.

Por el contrario, poco antes de la sonada celebración de varias fiestas de la poesía en Oviedo, se quitó en la capital el nombre de la calle a uno de los poetas más representativos de Asturias, Alfonso Camín. ¿Fue solo por ser republicano o también contó que era gijonés, de Roces? Ser republicano no es menos honroso que ser monárquico, aunque con el ejemplo de Trump ser republicano, en cualquier sentido, no es garantía de nada. También hay también alguna monarquía nórdica, que rinde cuentas económicas transparentes en los presupuestos del país y cuyos entornos no están atiborrados de "manguanes y manguanas". Pero, sin duda, la supresión de la calle dedicada en Oviedo a Alfonso Camín, mientras se celebran varios festivales de la poesía, es un error que debe ser rectificado.

Camín vivía siempre "en poeta", con una obra ingente, que une versos geniales con algún ripio. Además, una parte muy importante de su poesía está dedicada a Asturias y a la emigración astur-americana. Luis María Fernández Canteli, ingeniero de RENFE, presidente del Ateneo de Oviedo y excelente concejal, promovió un homenaje a Camín en pleno franquismo del que quedaron unos hermosos versos en el Campo de San Francisco del soneto "El retorno a la tierra":

"Si soy el roble con el viento en guerra,

¿cómo viví con la raíz ausente?

¿Cómo se puede florecer sin tierra?".

De un modo parecido, y lejos de la capital ovetense, presidían el 10 de febrero de 2025 el rey Felipe VI con Carlos Mazón, presidente valenciano, que ese día estuvo "al loro", en Campello, Alicante, un homenaje a Rafael Altamira, eminente republicano que inició la Extensión Universitaria en la Universidad de Oviedo. El ayuntamiento de la capital, más papista que el Papa, declinó participar en este homenaje. En modo alguno quiero responsabilizar sólo al ayuntamiento de Oviedo de estos errores, que seguramente nos alcanzan, en alguna medida, a cuantos hemos participado en las polémicas sobre los nombres de las calles de la ciudad. Lo que sostengo, en todo caso, es que ese camino debe ser rectificado por todos a partir de ahora.

Rafael Altamira fue uno de los profesores de la Universidad de Oviedo que alcanzó más resonancia internacional. Junto con Clarín, Buylla, Posada, Sela y otros profesores, promovió, en su discurso inaugural del curso 1898-1899, la Extensión Universitaria, "una tutela educativa sobre la clase obrera". Formó parte del Tribunal Internacional de la Haya (1921-1930) y en 1909-1910 hizo un viaje por América representando a la Universidad de Oviedo y a toda Asturias, por Argentina, Uruguay, Chile, Perú, México, USA y Cuba siendo nombrado doctor honoris causa por ocho universidades de América y Europa, entre las que figuran la Universidad de Columbia, la de Cambridge, y la de París. En palabras del rey de España, Altamira fue un "republicano ejemplar".

En definitiva, debe evitarse que la lucha de partidos políticos condene al ostracismo la memoria de personalidades eminentes como Alfonso Camín, Rafael Altamira, o Indalecio Prieto, político nacido en la calle Magdalena de Oviedo, uno de los mejores ministros de Fomento, o de Obras Públicas que tuvo este país, de quien Franco no tuvo inconveniente para copiar una parte de la política hidráulica y ferroviaria. La política cultural debe ser integradora y no excluyente, incluyendo el apoyo a las empresas y personas que sostienen y fomentan las actividades culturales de los concejos, sean las que lo hacen habitualmente, o las que lo hacen más ocasionalmente bajo el síndrome que algunos llaman "de Nerón", que supedita el apoyo a la cultura a todas las demás necesidades colectivas o personales. Incluso estas últimas merecen también reconocimiento.  n

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents