Un soberano ejemplo

Aparte de la obligada ejemplaridad en el ejercicio de su cargo, que es la premisa, la monarquía puede tener una útil función en ofrecer ejemplos que puedan ser imitados en bien del interés público. Me refiero, claro, al rotundo homenaje de los Reyes en Mauthausen a los republicanos españoles que acabaron en los campos de exterminio por luchar contra el nazismo y defender la libertad. Hay en ese póstumo recordatorio un claro tributo a la memoria histórica, desde luego, pero a la vez, por hacerlo quien lo hace, otro a la reconciliación entre españoles que subyace a nuestra democracia. Ese binomio memoria-reconciliación, que más allá de un afán de superar antagonismos expresa la obviedad de que la historia está hecha de tiempos sucesivos, debería servir de pauta para evitar que la justa y obligada rememoración traiga discordia o la indispensable reconciliación lleve al olvido.

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