Opinión
Apoyar a Depardieu
El actor francés Gerard Depardieu ha sido condenado a 18 meses de cárcel por agresión sexual a dos mujeres durante el rodaje de una película. Se ha comprobado el tocamiento a sus partes íntimas, acompañado de frases obscenas como: "Ven a tocar mi gordo parasol, te lo voy a poner en la vagina". O "¿sabes quién soy? Déjate hacer, soy actor, tengo derecho. Las demás se dejan y tú acabarás por dejarte". O ante un rechazo, decir: "Vaya, pensaba que querías triunfar en el cine". Quienes tienen poder, fama y gloria se creen con derecho a todo.
El tema no acaba aquí. Este ha sido su primer juicio. Tiene pendiente una veintena de denuncias públicas y otro juicio, acusado de violación. Y la pregunta ahora es, ¿dónde están quienes se dedicaron antes del juicio a firmar cartas de apoyo al actor? Quienes no lo recuerden, refresco la memoria.
En diciembre de 2023, ante la avalancha de acusaciones, a más de cincuenta artistas no se les ocurrió otra cosa que firmar una tribuna en el diario "Le Figaro" en la que denunciaban un "linchamiento" contra el actor. Las firmas iban desde Carla Bruni hasta Victoria Abril. El tema llegó hasta el mismo presidente francés, Macron, quien manifestó que existía una cacería contra Depardieu. Como si el tema fuera una cuestión de Estado. Repito, ahora, la pregunta es, ¿qué dicen todos aquellos que firmaron la tribuna? ¿Firmarán en "Le Figaro" otra tribuna para disculparse? Quienes denunciaban un linchamiento a Depardieu, ¿pedirán ahora perdón por haber contribuido, con ese escrito, a linchar a las víctimas?
Lo digo porque esas víctimas han expuesto en ese juicio una inquina especial hacia ellas, por las preguntas de los abogados que han tenido que responder. Y lo digo porque la sentencia, junto con la condena penal, lleva una indemnización para ellas por "victimización secundaria", es decir, por el sufrimiento causado en el proceso judicial. Y, además, Depardieu ha sido inscrito en el registro francés de delincuentes sexuales.
El tema está en que, la mayoría de las veces, en algunos medios se da una amplia cobertura a estas voces que se afanan por decir que todo testimonio de cualquier mujer busca dobles intereses, dinero o fama. La panda de mujeres que no pueden hablar si no quieren ser tachadas de malvadas o peor. Recuerden también el caso de Plácido Domingo. Aunque él reconoció la responsabilidad ante las denuncias, ellas fueron las señaladas.
Y aquí los dos mitos. Uno, que el testimonio de una mujer acaba con las carreras de ellos. Depardieu sigue rodando una peli y Domingo fue aplaudido hace unos días en las fiestas de San Isidro, respaldado por el Ayuntamiento de Madrid. Dos, el poder del clásico de la caza de brujas contra todas aquellas mujeres que denuncian. Y tanto uno como otro mito van dirigidos a callar a las mujeres.
Porque cuando no es una tribuna en "Le Figaro" son las malas lenguas de familiaridades y amistades. Que para este patrón es igual que ellas sean conocidas o anónimas. Y para este patrón da igual la cuenta corriente de ellos. Tan solo hace falta machismo puro .
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