Opinión

Esto no es un circo

Sobre la comisión de investigación acerca del accidente mortal de la mina de Degaña

Cualquier ciudadano que escuche a la izquierda asturiana repetir como un mantra que la comisión parlamentaria creada para investigar el trágico accidente de la mina de Cerredo pensará que los representantes de la derecha regional acudirán a la sacrosanta sede democrática con gorra de cuadros, nariz postiza, vestido rojo y kilométricos zapatones, tal que Fofó, Miliki y Fofito. Creerá el sacrificado votante que diputados populares y foristas llegarán de la mano al hemiciclo cantando «de cachibú, de cachibú, de cachibaca», con un parlamentario de Vox agitando el acordeón o el saxo.

Nada serio puede salir de esa comisión, a juicio de la progresía regional, como si los diputados elegidos para exigir luz y taquígrafos hubieran sido convocados a una verbena de prao. Tal vez la alusión circense no vaya por el lado del humorismo sino por el ejercicio de funambulismo que el gobierno regional habrá de ejercitar para justificar la dejación de funciones de una consejería con varios altos cargos en el punto de mira. Convendría que socialistas y asociados vayan buscando una red para mitigar traumatismos por caídas desde el alambre. Puede incluso que algún domador de pulgas acabe en la jaula de los leones.

En el hipotético caso de que la oposición desatendiera su obligación de rescatar todo lo que quedó oculto en el oscuro agujero de Degaña y prefiriera, por interés partidista, convertir la investigación en un espectáculo de variedades, que el cuplé le salga también por culata. La verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Es el objetivo único que debe albergarse. Para acudir a una carpa, ya vendrá el Circo del Sol.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents