Opinión

La gran dimisión

Así se bautizó en USA a la escasa disposición de muchos, jóvenes sobre todo, a buscar un empleo, sobre todo si es duro y mal pagado. Pero la gran dimisión de la que hablo es la que afecta a nuestra condición humana como seres inteligentes. ¿Estamos dispuestos a que nuestra inteligencia corporal, que requiere ser educada y ejercitada toda la vida para mantener sus destrezas y habilidades funcionales, sea sustituida por una inteligencia artificial que la relegará a tareas marginales y antes o después la irá condenando a la atrofia?. Seguramente sea inevitable la llegada a cualquier actividad humana de la I.A., pero sorprende la total apertura, sin medir consecuencias ni aplicar restricciones, a que se imponga masivamente, la suicida bienvenida al imperio del algoritmo y la entrega a la mayor epidemia del género humano a la que va asociada, la del no-pensar y su secuela del no-decidir.

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