Opinión

Fontanería

Viene fontanería de "fontanus-a-um", "de una fuente"; la desarrollaron los romanos para llevar agua a palacetes y a baños públicos; pero el fontanero llegó hace siglo y cuarto con las tuberías de hierro y plomo, de ahí lo de "plomeros". Los aparejadores estudiamos una asignatura, Instalaciones, donde la fontanería es capital, y en el capítulo de saneamiento aprendimos cómo suministrar agua limpia a domicilio, desde ríos, fuentes y depósitos, y cómo evacuar la sucia, desde fregaderos y cloacas, resolviendo malos olores; de ahí las fosas sépticas, los sifones y los retretes o inodoros. En el fondo, es cometido del fontanero, no tanto evitar el olor a chamusquina (cosa de electricistas), el olor a podrido (tarea de cocineros), o procurar que las mariposas huelan bien (labor de publicistas); el mérito mayúsculo del fontanero consiste en que de su cliente no trascienda olor a mierda.

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