Opinión

Musk contra Trump

No son Sánchez y Aldama buscándose las cosquillas, se trata de dos de los más poderosos del mundo enfrentados. Trump contra Musk, Musk contra Trump. Desde un primer momento muchos pensamos que esto sucedería antes temprano que tarde. Es el choque de dos trenes. Las formas en que podrían infligirse daño son infinitas, particularmente me gustaría que sucediese. Para empezar, el magnate le recuerda al presidente de Estados Unidos que sin su auxilio no habría ganado las elecciones. De hecho, gastó 250 millones de dólares para ayudarlo y amenaza con retener otra abultada cantidad que le prometió. Controla las redes sociales y podría presentarse al frente de un partido como alternativa. Presume, además, de tener una información privilegiada comprometedora y alardea de que la verdad saldrá pronto a la luz. La verdad en este metaverso de la mentira y entre troleros no deja de ser una incógnita, pero en fin. Musk puede, también, usar sus empresas con fines desestabilizadores para molestar a la Administración.

Trump, a su vez, tiene en su mano unos cuantos triunfos de la baraja, entre ellos el de ejercer contra su ex asesor el poder de la Presidencia. Igualmente considerar a Musk, nacido en Sudáfrica, un inmigrante ilegal en medio de una corriente propensa a las deportaciones. El ultraderechista Bannon, desde la primera hora oponente al magnate tecnológico, ha solicitado una investigación sobre su afición a las drogas. Y luego existe la posibilidad de reducir las ayudas a sus empresas, Tesla y SpaceX, con la excusa de ahorrar un dinero en el presupuesto, algo que además no debería extrañarle a Musk empeñado en toda clase de recortes para adelgazar el gasto de la Administración en nombre de la eficacia. A tanta distancia empieza a ser divertido ver los prolegómenos de un combate tan encarnizado.

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