Opinión

Customizar el feminismo

Maria Grazia Chiuri se va de la casa Dior dejando tras ella un puñado de colecciones que ya son historia de la moda

Las mujeres son el gran negocio de la moda, pero son los hombres, como siempre, los que mandan en ella. Hay excepciones, muy notorias: una Coco Chanel, una Vivienne Westwood, una Donatella Versace, una Miuccia Prada... Entre las que han conseguido escalar hasta lo más alto de la industria sobresale Maria Grazia Chuiri, que no tiene logo con su nombre ni su apellido, pero que durante la última década, hasta hace poco más de una semana, tenía en sus manos el destino creativo de Dior.

La diseñadora italiana, hija de una modista romana, fue la primera directora creativa y hasta ahora la única de la casa Dior (si fuéramos una publicación especializada en moda y tendencias tal vez diríamos "la maison"). Llegó y en su primer desfile, en septiembre de 2016, en el Museo Rodin de París, vistió a las modelos con una camiseta con una frase tomada de un ensayo de la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, "We Should Be All Feminists" ("Todos deberíamos ser feministas").

Ya fuera por aprovechar el tirón comercial del movimiento, con el MeToo en pleno apogeo, o por convicción personal, Chiuri se subió a la última ola feminista e hizo historia con sus diseños sobre las pasarelas. Unos dirán que banalizó el mensaje feminista, otros que lo expuso a la vista y lo acercó a todo el mundo.

En 2018 repitió su estrategia, replicando de nuevo una frase en sus prendas: "There Been No Great Women Artists?" ("¿No hubo grandes mujeres artistas?"). Esta vez hacía referencia a otro ensayo, de Linda Nochlin, una historiadora del Arte estadounidense, de la que quizás no habríamos oído hablar si Chuiri no nos la hubiera mostrado.

En 2020, al día siguiente de que productor de cine Harvey Weinstein fuera declarado culpable de violación, la Chuiri, que debe estar bendecida con el don de la oportunidad, presentó una nueva colección entre carteles de neón: "Consentimiento", "Patriarcado=CO2", "El amor de las mujeres es trabajo remunerado", se leía en ellos. La impactante escenografía fue diseñada por un colectivo que crea y presenta sus trabajos bajo el nombre de Claire Fontaine, y que recurre al arte para cuestionar las estructuras sociales, económicas y políticas, entre ellas el sistema patriarcal.

Hilando costura, diseño, literatura y arte, María Grazia Chiuri customizó la alta costura y el prêt-à-porter de Dior con las reivindicaciones feministas e hizo historia en la moda.

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