Opinión

PEDRO De SILVA

El fiscal fiscalizado

¿Para qué sirve la división de poderes? Para que cada uno mande en lo suyo pero ninguno mande por completo, pues, igual que todo placer quiere eternidad (Nietzsche), todo poder quiere plenitud. Solo vigilándose unos a otros, sin que ninguno quede libre de escrutinio, resulta soportable el poder para los ciudadanos. ¿Hay base firme para una condena penal? La apertura de juicio no trata de eso. Al principio del caso se aludía en este billete a que el Fiscal General estaría "bordeando (quizás por la parte de fuera) sus funciones", pero una condena penal es ya otra cosa, y solo la hay, o no, después de un juicio. ¿Hay indicios para llevarlo hasta ahí? Aunque sea dudoso, en el punto alcanzado, de condena mediática y política sin juicio, casi mejor que se celebre. Bien mirado, sea excesivo o no, es prueba de salud democrática, frente a quienes tienen la desfachatez de hablar de dictadura.

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